viernes, 25 de diciembre de 2009

Mi Zombieland particular


Peli:
"Welcome to Zombieland"
Puntuación: 6 y pico



Camino por Moscú, forrado como un oso polar. El gorro, coronado por mis nuevos auriculares mega-gordos. Rodeado de nieve, rusos apresurados y coches sin control intento no resbalar con el hielo que recubre la acera. La música suena en los cascos, atraviesa mis oídos a través del fieltro del gorro y rebota en mi garganta. Camino, sin sentir nada, concentrado en evitar el frío. De repente, suenan los primeros compases de un ritmo californiano. Son los Beach Boys.
¿Puede haber una elección de la memoria "random" más irónica en este momento? Esta es mi música en Moscú, mi "Zombieland" particular.


I wish they all could be California girls...

Regla número 1 para sobrevivir: Cuando camines, no hagas ninguna otra cosa. Camina, y punto. No hables por el móvil, no pienses, no respires. Concéntrate en caminar. Cualquier otra actividad puede acabar en un resbalón fatal. Yo ya llevo dos. En el primero, hablaba por el móvil, que salió disparado y acabó -como yo- en el duro suelo. En el segundo, me reía interiormente de alguien que acababa de meter la bota hasta el tobillo en un charco de barro y hielo. Castigo de DIOH!

Regla número 2: No caminar nunca pegado a los edificios. A veces las estalagtitas de hielo que cuelgan de las cornisa se rompen y caen desde alturas vertiginosas. ¿Cuáles son las posibilidades de que te atraviesen el cráneo? No muchas, diréis. Error.


Semáforo en el cruce de Chistie Prudy

Regla número 3: No olvidar los guantes. Pensáis que en vuestros países respectivos hace frío. Ja. Ja ja. Ja ja ja. Ante la duda, una nueva capa de ropa.


Sí, es un chorrazo de agua congelado hasta abril del año que viene

Me ahorro el resto de un total de 23 reglas, que incluyen consejos sobre la ingesta de vodka y métodos de defensa personal contra los no-muertos que recorren Moscú. Por cierto, sobre "Welcome to Zombieland", que creo que estrenan este finde en España, una recomendación: id a vedla, que pasaréis un buen rato.
Hace ya tiempo que vi el tráiler en Sevilla y ya prometía. Es un placer para los frikis que se haya popularizado tanto el género de terror hasta el punto de que abunde la parodia. En este caso se trata de un "Superbad" meets "Night of the living dead". Lo mejor: el tono, el principio y el personaje de Tallahassee. Lo peor: que podría haber sido mucho más residual, cine Z, y se queda en unos registros predecibles y superficiales de comedieta comercial. Cuando empecé a verla, me dije: esta es mi peli. Esto es lo que escribiría yo si fuera guionista, o coño, sin ir más lejos, lo que escribiría mi hermano. Pero no, resulta menos atrevida de lo que parecía en un principio.
Sin embargo, mola. Son zombies. ¿Cómo no va a molar?
Por eso, id a verla, que no solo de Avatar vive el hombre.


A grandes males...

Saludos... congelados.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Oleadas de buen rollo


Peli:
"The Men Who Stare at Goats"
Puntuación: 7/10



Empiezo a hacer uso del privilegio que da el vivir en Rusia, donde la mayoría de las pelis llegan mucho antes, muah ha ha... Vale, no podré ver "Celda 211", pero la última de George Clooney me la ponen un mes y pico antes que en España. Misterios de la distibución internacional.


En ruso se llama "La brigada pirada", a lo español caposo


"The Men Who Stare at Goats", o "Los hombres que miraban fijamente a las cabras", es un producto que llama principalmente la atención por la calidad del elenco. Está protagonizada ni más ni menos que por Clooney, McGregor, Bridges y Spacey. Casi nada. La coincidencia de algunos nombres y el todo cómico del film hacen que el paralelismo con el cine de los Coen parezca inevitable. Sin embargo, "The Men" tiene poco que ver con ellos. Está dirigida por un tal Grant Heslov y el guión está basado a su vez en una novela del mismo nombre, escrita por Jon Ronson, polémico periodista británico que investigó sobre los intentos del ejército norteamericano para crear una fuerza especial de supersoldados con poderes paranormales. Por lo visto la historia está basada en gran parte en hechos totalmente verídicos.

Ewan McGregor interpreta al propio Jon Ronson, que de forma casual entabla amistad con uno de los antiguos soldados de esta fuerza especial, Lyn Cassady (George Clooney). Ambos se embarcan en una psicodélica aventura por el desierto de Irak, mientras poco a poco Ronson va desgranando las características de la escuela de fuerzas especiales paranormales, gracias a las historias de Cassady y el diario del gurú del movimiento, interpretado por el genial Jeff Bridges. Kevin Spacey hace su aparición a partir de la mitad como el villano. Ni que decir tiene que los cuatro actores están que se salen.

No sé cómo estará la novela, pero la adaptación a la pantalla me ha parecido fantástica. El tono es perfecto. Se trata de un cóctel que mezcla la acción de "Tres Reyes", el humor absurdo y tierno de "O Brother!" y la calidad narrativa de lo mejor de los Coen. El tema principal de la búsqueda mística sirve de contrapunto al argumento bélico y lo arrastra todo al terreno de la comedia más eficaz. Hay algo realmente seductor en estos oximorónicos personajes, los soldados armados con flores. El suspense de saber si realmente tienen poderes o no aguanta el interés hasta el final. Y el mensaje que queda es pacifista, claro, pero sin lecciones de comportamiento, sin compromiso, todo dentro de una encantadora y feliz payasada sin muchas más pretensiones que alegrarle el día a uno. Y vaya si lo consigue.

En el lado negativo quizá la peli pierde cierto fuelle hacia el final, que resulta algo decepcionante. No porque sea malo, sino porque el resto de la película es muy bueno y había creado muchas expectativas sobre la búsqueda de los protagonistas. El final es un golpetazo contra la realidad, como no había más remedio. Un segundo final falso y más fantástico protagonizado por Ewan McGregor se hace casi innecesario y apenas consigue que arqueemos la comisura de una sonrisa.

Atención, visionado obligado a los fans de Star Wars, que volverán a ver a Ewan McGregor como aprendiz de Jedi. Literalmente. Esta película es 100% del lado luminoso y lleva el sello de garantía de la Inquisición. Vale!

domingo, 6 de diciembre de 2009

Festival de Almodóvar en Arbatskaya

La buena noticia: tres peliculas, tres, de nuestro celebrado Pedro, en un cine del centro de Moscú en sesión maratoniana de once de la noche a seis de la mañana. Y allí estaba vuestro Chumari, como buen cinéfilo patrio, plantao, representando a la piel de toro.



El cine tiene el impronunciable nombre de "Judoshestvieni" (o algo parecido). Para los que sepan ruso, allá va la foto. Se encuentra en todo el centro, en el cruce de Arbatskaya, que viene a ser como la Campana o la Plaza del Duque en Sevilla o el cruce de Callao en Madrid.
Los rusos y las rusas, mayormente pijerío moscovita, estudiantes de español, cinéfilos y algún friki despistado, conforman la turba de peña que abarrota el vestíbulo del teatro. Entro, arropado entre abrigos, y me coloco en una de las filas del fondo.

La mala noticia: las películas son en ruso. ¡En ruso!
¿Qué desalmado sin cerebro hace un maratón friki-cultural de autor y pone las películas dobladas? Además con ese infame doblaje ruso, en el que las desganadas y escuálidas voces parecen salidas de una lata vacía de lubricante de coche. ¡Qué horror!
La primera película: "Mujeres". Lo primero que oigo es una voz monocorde de gran hermano que dice algo así como: "ELDISEO PREZIENTEZ". Claro, los dobladores rusos traducen hasta los títulos. Se me olvidaba. El cacareo del público es mayúsculo cuando leen "María Barranco". Al parecer, una "barranca" es un postre ruso. Cuando sale el nombre de Antonio Banderas, todo el mundo empieza a aplaudir. Dios mío, ¡qué circo! Y todavía no ha empezado la película.

Me convierto de repente en un intérprete a la inversa de un idioma que no conozco. Lucho contra un punzante dolor de cabeza intentando que mi cerebro digiera los conocidos párrafos de una de mis pelis favoritas, pero en ruso. Desisto. Intento concentrarme en la imagen, ignorar el doblaje y prestar atención a las reacciones del público, que celebran por igual con risotadas mayúsculas y ovaciones espontáneas los golpes de humor, de tragedia y de esperpento.

El sentido del humor ruso se especializa en ridiculizar al contrario y hacer leña del árbol caído. Un humor oscuro, que no negro del todo, pero con mucha mala leche. Por eso, Almodóvar les encanta. Aplauden cada vez que Antonio Banderas le planta un morreo a María Barranco. En la escena del anuncio del asesino de Cuatro Caminos, casi hacen la ola. Entiendo que se rían de Antonio, con su flequillo ochentero y su traje de Don Jonson. Pero no sé por qué, los rusos encuentran hilarante el episodio de la cama ardiendo. Rayos, qué locura! Pero... qué divertido! Es como si todo el mundo estuviera hasta el culo de ácido.

Sospecho que la mayoría de los veinteañeros que han acudido hoy al cine no habían visto la película. Pero les encanta. Este público es un termómetro perfecto de calidad. Veremos qué les parece "Kika"...


De lo mejor... a lo peor

Efectivamente, la alharaca desaparece.
Yo tampoco me acordaba de lo mala que era. Incluso para el público más predispuesto, esto es infumable. El único aplauso es para la muerte de Vicky Abril, que pedía el tiro de gracia a gritos. La única escena valiosa de esta excusa de película, la del gajo de naranja, sí recibe respuesta. Pero el daño es irremediable. Para la tercera película, "Todo sobre mi madre", la platea se ha vaciado un poco. Al menos ya no tengo al cabezón de turno delante. Curiosamente ya no me duele la quijotera y disfruto extrañamente el pase de la tercera película. Ya no sé si porque al lado de "Kika" me parece una obra maestra, porque mi cerebro está hecho puré, o simplemente porque ya me voy acostumbrando al doblaje ruso.

Reflexión mientras abandono el cine, arropándome entre mis capas, y me retiro en busca de la parada del metro: ¿por qué en ruso? ¿por qué estas tres películas? ¿No es maravilloso que los moscovitas abarroten un cine para un maratón de Almodóvar un sábado por la noche? Y sobre todo... ¿de qué coño se ríen los rusos?

Saludos desconcertados (y churruscados).

jueves, 3 de diciembre de 2009

De Mongo, Moscú y "Spanish Movie"


(Entra Tomelloso en el escenario, en penumbra. Se aclara la garganta y empieza a hablar con voz gangosa. Huele a vodka que te cagas.)


¿Cómo se siente Tomelloso en Rusia?
A ver.
Imagináos a un Flash Gordon recién aterrizado en Mongo, con todos los nativos haciendo un círculo alrededor de él, sin decidirse entre partirle la crisma o comerse a besos sus broncíneos muslos. Estas son las sensaciones que despierta Tomelloso, así de púber, de electrizado... y de alienígena. Sus botas brillan bajo las capas en la corte de Ming, que le envidia secretamente. Bueno, sea Ming o Lenin, que se le parece bastante, encarnado en bustos omnipresentes por toda la ciudad que siguen recordándonos lo que fue del imperio. Claro que aún tienen la potencia nuclear para borrar la Tierra, digo, España del mapa si así lo quisieran.
Pero divago. No os preocupéis, que Tomelloso, hermoso y rubicundo embajador terrícola, vela por vosotros y por vuestros hijos.


Parecido razonable

La experiencia no es vana, dejadme que os diga. He sentido la velocidad absurda del metro moscovita, el lingotazo de Putinka, los avances de un ex-militar soviético semiconsciente de su homosexualidad y hasta el flagelo de estar encerrado en un vagón de tren durante más de veinte horas con aficionados del Spartak de Moscú, de viaje a la capital soñada, San Petersburgo. Aun así, merece la pena.
Merece la pena levantarse cada día en un sitio con caminos por hollar, aprender alguna palabra nueva, llevarse a la boca algún plato que pruebas por primera vez, enfrentarse a la vida con lo que lleva uno encima, y nada más. Merece la pena aunque sea por descubrir algo nuevo cada día.

Pero... rediós! Hoy, solo hoy, no puedo alegrarme de estar aquí. Mañana es el preestreno de la peli que escribió Paco, y yo en Rusia! Joder!



"Spanish Movie", escrita por Paco Cabezas, the one and only.
Ahora mismo daría todas mis botellas de Putinka, mi pase del metro y mi magro sueldo por poder pasar este fin de semana por España y cascarme el estreno de la peli.
Vosotros que podéis: no os la perdáis. El que suscribe se ha leído el guión y promete calidad y cachondeo asegurado por el precio de la entrada. Desde Moscú convoco a mis millones de fieles (Sergio, Ricardo y dos o tres millones más... ejem)!!
TODOS A VER SPANISH MOVIE ESTE FINDE!

Ya me contaréis. Buaaaa!

(Rompe a llorar. Mutis por el foro, a toda prisa.)

sábado, 14 de noviembre de 2009

Primer plato en Moscú: pato relleno


Peli:
"Julie & Julia"
Puntuación: 3/10



Yaha! Comienzo las crónicas moscovitas al fin!
Chumari de Tomelloso retoma la llama de la pira y la enciende de nuevo en las catacumbas de Novogerievo, en el extrarradio de Moscú.
Nunca las catacumbas de la Inquisición fueron más catacumbas que ahora. Y nunca Tomelloso se sintió más inquisidor, en la única ciudad en la que ha vivido hasta ahora en la que puede llevar su capucha de monje bien calada y sin que nadie arquee una ceja. Moscú nos recibe bien, con frío y mal tiempo apocalíptico. Prometemos seguir la quema desde aquí, explorando estos cines post-soviéticos y husmeando entre los trapos sucios de Hollywood.

En el lado negativo: no hay mucho donde elegir. Solo tres cines en toda la ciudad ponen pelis en versión original. En el positivo... muah ha ha! Los rusos son tan piratones que estrenan la mayoría de las películas como tres meses antes que el resto de los países. De dónde creéis que os ha llegado esa copia pirata del mercadillo, ein? Las hacemos aquí, en mi barrio! Muah ha ha!


Esta peli ya es vieja en Moscú

El primer cine que recibe la visita de la Inquisición es el "Pod Kupolom", que como su propio nombre indica, se encuentra en una cúpula, justo delante del Hotel "Renaissance". Encontramos el cine tras una caminata bajo el inclemente cielo moscovita. El cine está en una cúpula delante del hotel, de super-lujo, con clientes ricos rusos en el lounge, acompañados de rubias veinteañeras, consultando sus Sonys VAIO o preparándose para el cócktail de empresa. El cine, por su parte, tiene un aire cutre, pero la calidad del visionado es buena. Espectadores, no más de la docena, un sábado a las 15:30 de la tarde, única sesión.


El antro en cuestión

La película: "Julie & Julia", una comedia de Nora Ephron que narra eventos en las vidas de dos personajes reales, Julie Powell, una niñata de Nueva York que decide escribir un blog basado en su desafío personal de cocinar las 524 recetas del libro de una famosa cocinera, y Julia Child, la autora de dicho libro. Meryl Streep y Amy Adams, repitiendo el tándem de "Doubt", encarnan a las dos "Julias".
Ya, habría preferido ir a ver "Celda 211", pero es lo que hay, copón. Estoy en Moscú, qué queréis.

Uno siempre puede llevarse una sorpresa y llegar a disfrutar con una película en la que no tenía puestas muchas expectativas. En "Julie & Julia" no es el caso. El montaje paralelo de las dos vidas va alternando la elaboración del blog por parte de Julie, a punto de cumplir los treinta, y la vida de Julia Child en París y otras capitales europeas. Cada vez que se retoma la historia de Child, la película toma cierto aire gracias a la Streep, que vuelve a demostrar que es una artistaza con todas las de la ley, capaz de hacer suyo un guión paupérrimo y darle vida al personaje más soporífero de la historia, convirtiéndolo en alguien magnético, divertido y sublime. Pero cada vez que volvemos a Manhattan uno quisiera hacerse el harakiri con el brazo de la butaca.

Excepto Meryl Streep, todo lo demás es infame en esta película. La protagonista es irritante y uno desea que atragante con su propio pato relleno. Amy Adams parece una reencarnación de Meg Ryan, solo que más cargante aún si cabe. Su personaje es simplemente odioso. Y la culpa es tanto de la actriz como del infumable guión. Entre algunas perlas del mismo recordaremos especialmente la oda a la mantequilla, las frases lapidarias sobre cumplir los treinta y cualquiera de las entradas del blog de la protagonista. Como para dejarse las venas largas. El bombardeo de clichés narrativos y cinematográficos de peli "amable" es abrumador. La musiquilla de fondo de videojuego -clavadita a la que se escucha en "The Sims"- tampoco ayuda.


¿No es para pegarle con un calcetín sudao?

No le acabo de ver la punta a esta película. ¿Para qué contarnos esta historia? No hay quien rescate cierto paralelismo entre las dos vidas, aparte de la similitud entre los dos únicos y estereotipados personajes masculinos, parejas respectivas de las Julias. No hay rito de paso que valga, ni aprendizaje, ni nada. Julia triunfa por mérito propio, de acuerdo, pero Julie se hace famosa como fenómeno en internet, no por su talento, aunque nos quieran vender gato por liebre. Se trata de un canto a la mediocridad, confirmado incluso al final, cuando la propia Julia reconoce que odia el trabajo de Julie. Y menos mal! Esta peli apenas tiene razón de ser.

Además las partes de Amy Adams son tan odiosas, cursis y estomagantes, que no la habría visto aunque fuera la única película en un avión a las antípodas. Habría preferido pasar dos horas mirándome las uñas. Si no me salí del cine fue por no dejar tirados a mis nuevos acólitos y porque me parecía triste no amortizar los 300 rublos de mi primera entrada moscovita.
Pongo a Trotski por testigo que nunca, NUNCA, volveré a ver una película de Nora Ephron.

En fin, a la hoguera, diez veces a la hoguera!
FLUSHG!!

Empiezo bien. Estoy cabreado y sediento de más brasas. Malditos cerdos capitalistas! Agito mi puño cerrado desde las entrañas de Novogerievo, desde donde seguiré informando.
A ver si la próxima hay más suerte.
Saludos churruscados!

domingo, 18 de octubre de 2009

Campos gravitatorios


Peli:
"Moon"
Puntuación: 7/10



La historia de la ciencia ficción espacial en el cine tiene unos referentes poderosos. Hacía tiempo que ningún producto heredero de la misma tradición llegaba a trascender como ha hecho esta historia de Duncan Jones, guionista, director y -dicho sea de paso- hijo de David Bowie.
"Moon" narra la historia del único empleado en una base lunar, en un futuro cercano, que enfrenta una crisis personal al final de su contrato de tres años. Sam Rockwell interpreta al protagonista, y Kevin Spacey le pone la voz a GERTY, su robot acompañante.
La peli se estrenó en España el pasado 9 de octubre, poco después de ser presentada en el Festival de Sitges, en el cual obtuvo los premios a la mejor película, mejor actor, mejor guión y mejor diseño de producción.

Critiquemos la película alabando primero sus virtudes, reflejadas en sus premios. Destaca el diseño de producción, efectivamente. La base lunar, los vehículos, los trajes espaciales y el robot, entre otras muchas cosas, denotan una dirección artística exquisita que recuerda a películas como "2001", "Atmósfera Cero" o -me dicen- "Silent Running", una peli de culto del año 72 que no he visto, llamada en España "Naves Misteriosas" (puaj).
Los creadores del guión, el propio director y un tal Nathan Parker, pueden estar orgullosos. El cuento tiene un punto de inflexión potente y magnético como un campo gravitatorio que mantiene la atención hasta el final, algo predecible quizás, pero encantador de todos modos.
Y Sam Rockwell, sí, está fantástico.


Tell my wife I love her very much, she knows

Si el guión es ciertamente ingenuo llegado el final, la película pide esa ingenuidad, y la agradece, como una vieja canción de los setenta. Puede que haya algunos momentos inexplicables que revelan huecos en el fuselaje, pero quedan lo suficientemente recubiertos por los escudos de energía de la fotografía, la música, el gustoso montaje y la ya mencionada interpretación de Rockwell.
Las reflexiones tan universales que se desatan sobre la identidad, la soledad, el amor y la libertad, entre otras cosas, hacen de "Moon" una cita recomendada no solo para los fieles de la ciencia ficción, sino para cualquier amante de las imágenes en movimiento.
Absolutio!

martes, 13 de octubre de 2009

El secreto de -joder que puto frío- sus -muertos de los niñatos- ojos


Peli:
"El secreto de sus ojos"
Puntuación: Sin calificar

Atención: le puede pasar a cualquiera.
La preparación ayuda, por supuesto. Véase, elegir bien el cine y la hora y pertrecharse de la ropa necesaria. Un descuido en cualquiera de estos aspectos puede ser fatal. Porque es muy fácil que el entorno le joda a uno una película.
La historia es sencilla: Tomelloso, acompañado de dos habituales acólitas de la Inquisición, se mete en un cine del que no quiero acordarme sólo ataviado con camiseta y pantalones cortos. No sospecha que debido al jodido veranillo de San Martín, los amables gerentes del cine han decidido volver a poner el aire acondicionado a TODA PASTILLA. Acurrucado en su butaca, mientras intenta retener todo el calor posible de su cuerpo adoptando las posturas más bizarras, se debate entre salir o no a quejarse del frío a los lacayos de tiempo parcial. No sospecha que el frío no es el mayor de sus problemas.

Al cabo de los segundos, entra en la sala un tropel de quinceañeros. Chicos y chicas, hormónicos hasta las cejas y cargados de palomitas y pasiones confusas. Entran a ver "El secreto de sus ojos", sí. Tomelloso no se preocupa, porque piensa que cuando sean conscientes de su error, volverán a la sala correcta, o sea, la de [REC]2, o quizá "Ágora". Además se siente más tranquilo, con sus piernecitas -en postura india- cubiertas con una parte de arriba del chándal que una acólita le prestara gentilmente.
Craso error en ambos casos. Los niñatos han entrado adrede en la película para joderla. Y el frío no hace más que arreciar. Con los sentidos embotados, Tomelloso intenta concentrarse en la película entre chuflas y viento polar. Además el volumen está tan bajo (no han enchufado el THX para ahorrar, al fin y al cabo no es una peli de acción ni de fantasía) que hay que prestar la máxima atención. Por no hablar de las sutilezas y el acento del español argentino, que Tomelloso descifra con deleite al 95% en las más óptimas condiciones. Pero desgraciadamente, no es el caso.


Mi percepción del film

El resto se lo pueden ustedes imaginar. De la peli me entero solo a medias. Además me pierdo un buen trozo al tener que salir a la mitad para llamar a algún pobre empleado que, linterna en ristre, le llame la atención a la chavalería.
Es de rigor en la Inquisición no evaluar películas que no se han visto en las condiciones necesarias. Escribo esta entrada no solo para el alborozo de ustedes, sino como advertencia, para que tomen precauciones y mi triste experiencia les sirva de consejo. Ya sé que quizá estén de más para ustedes, curtidos espectadores de cines españoles.

Por eso, la Inquisición aconseja:

Uno: Ir al cine con ropa de abrigo extra. Si son ustedes frioleros, aconsejo pelliza y gorro.
Dos: No meterse en gresca con alborotadores. Salir a quejarse, que los del cine van a hacer su trabajo de forma mucho más eficiente. Mejor perderse dos minutos de peli que enmarronarse durante el resto de la película en un enfrentamiento personal.

¿La pelicula? Ah sí. Creo que no la quemo, pero tampoco estoy seguro. Realmente, no lo sé.
Si la vuelvo a ver algún día, será en otras condiciones. De momento seguiré perfeccionando mi receta de palomitas impregnadas en curare.
Saludos churruscados!

martes, 6 de octubre de 2009

Entrañable retorno a Manhattan


Peli:
"Whatever Works"
Puntuación: 7/10



Muchos sabrán que Larry David no solo es el protagonista de la última peli de Woody Allen, sino el co-guionista de la fabulosa serie de televisión "Seinfeld", de la cual soy acérrimo seguidor. Cuando acudí a ver "Whatever Works" al Avenida 5 cines, además del atractivo obvio de la firma del maestro, tenía el reclamo añadido de ver qué tal lo hacía David, famoso por su difícil y pusilánime personalidad en la vida real, alter ego de George, el gordito calvo y ruin de la serie más exitosa en la televisión americana de los años noventa.



La película nos ofrece el perfil protagonista de Boris Yellnikoff, excéntrico neoyorkino puretón y depresivo, que pasa la vida intentando alejarse de sus congéneres humanos, a quienes considera una raza vil y despreciable. El tipo es antipático, huraño y prepotente, pero tan patético, que resulta adorable.
El detonante del cuento es una chica de Louisiana, pura cateta americana, que se busca la vida en Nueva York y cruza su camino con el de Boris de forma accidental. La comedia empieza a funcionar con el contraste entre las dos américas: la intelectual, progresista, artísitica y existencialista del neoyorkino, y la de la "basura blanca". El argumento, muy ligero y tontorrón, casi no le hace justicia a los sólidos y trabajados personajes que empiezan a cruzar el umbral de la casa de Boris a ritmo de vodevil.

La película trae aires nostálgicos del mejor Woody Allen. Larry David está a la altura y aunque no es el mejor actor del mundo, aguanta el tipo más que bien arropado por el excelente guión del propio director. Sus desplantes cómicos tienen el punto álgido cada vez que se sale de los cánones de la narración y se dirige a los propios espectadores de la platea del cine, de una forma muy divertida, a lo "club de la comedia".
La filosofía, la de siempre. La vida es absurda y no se pueden sacar conclusiones ni reglas que valgan. En inútil intentar aprender nada de la vida, especialmente en el amor. Lo mejor es tirar adelante y hacerlo lo mejor posible, sin joderle la vida a nadie. Y mientras funcione...
Y el homenaje, de nuevo, es a la ciudad de Nueva York, un catalizador de sueños frustrados. Los sureños catetos llegan a Nueva York y se tranforman en su verdadero yo, como en el cuento del príncipe y la rana.

Nada nuevo bajo el sol en el universo de Woody Allen. Ideas clásicas que siguen funcionando. Eso sí, el consagrado director vuelve a demostrar que es capaz de lo mejor con cuatro rudimentos y unos buenos actores. Este tipo es mágico: es imposible que una película mediocre salga de sus manos. La mediocridad dentro del genio obtiene un notable para el común de los mortales. Suma y sigue. Y nosotros que lo disfrutemos.
Absolutio!

viernes, 2 de octubre de 2009

[REC] se queda sin batería


Peli:
[REC]2
Puntuación: 4/10



Ya a la entrada del cine me sorprenden unos alaridos porcinos. "Cielos", pienso. Hordas de fans de [REC] ya están haciendo cola. Seguro que están maquillados a lo zombi, gritando y gimiendo. Si lo sé, me traigo el sable láser.
Falsa alarma. Las hordas no son de fans del nuevo terror español, sino de niños pequeños que, acompañados de sus padres, van a ver "Vicky el Vikingo". Hay uno que berrea como un poseso. Horror de críos. Sospecho de dónde sacaron Plaza & Balagueró los chirriantes gritos de los zombies. ¿Tendrán sobrinos? ¿Algún vecinito riquín, quizás?
Basta, concentrémonos en la película.


Tus ojos son de colebrí

[REC]2 retoma la acción poco después de los acontecimientos narrados en la primera parte. Acompañamos esta vez al grupo de Geos que entra en el edificio para limpiar la zona de contagio y recoger pruebas para destilar un posible antídoto. A diferencia de la primera, no hay prólogo que valga. La acción es inmediata. Para empezar, esto repercute en el interés que despiertan los personajes, que es casi nulo. Primer error.
Sigamos con el voto de confianza a los directores. La primera parte de la peli no añade nada novedoso. Los sustos... ya los conocemos. Además están rodados peor, como de forma más precipitada. Luego llegan las novedades argumentales.

A ver, sin desvelar nada, las ideas no son malas. El giro propuesto a lo más sobrenatural está bien, pero ya no casa tan bien con el concepto inicial de [REC].
A la caterva de adolescentes que hay en la fila de atrás no parece importarles mucho la calidad del rollo. Cacarean, ríen, se divierten. A veces, incluso se asustan, creo. ¿Target? La película pretende ser fresca pero acaba cayendo en el peor de los pecados: es redundante. Y peor aún: no da miedo. Nada de miedo.

¿Por qué ha ocurrido esto? Tenemos calidad para hacer una secuela sin matar a la gallina de los huevos de oro. El concepto de [REC] daba miedo porque era entrar en una zona desconocida en la que uno se sentía vulnerable como espectador. Pero ahora esa zona ya no es desconocida, más bien todo lo contrario. Los nuevos personajes, más desdibujados, carecen del carisma para llevarnos de la mano al terror (me parece sintomático que el personaje del cámara pase esta vez casi desapercibido, con lo que molaba "Pablo" en la primera).
¿Qué tal la idea de meter unos secundarios adolescentes? De nuevo, ¿target?
Además, el intento de explicar lo que en realidad pasó pretende meter otro nivel de terror, pero lo que en realidad consigue es el efecto "midiclorianos". Los fans de Star Wars me entenderán perfectamente. Quiero decir que no hacía falta explicarlo.
No quiero que me lo expliquen, quiero que me asusten.


Aquí no hay quién viva

Salgo del cine, más manso que un cordero. Como si hubiera visto una peli de Disney. Rememoro esas buenas ideas puntuales que arrancaron sonoras carcajadas y algún aplauso, pero este tipo de desplante ocasional no consigue levantar el chiringuito. Camino entre chavalillos, los mismos que hicieron coros durante la peli como "No estás buena ni na!" o "Esa lengua se la metí yo igual a la Yeni el otro día!". Y el caso es que la película merece esos coros. [REC]2 está dedicada a ellos.
Voy arrugando algunos papeles en el bolsillo. La entrada del cine está entre ellos. Anticipo el placer de la hoguera.

jueves, 1 de octubre de 2009

La Inquisición en el rodaje de "Carne de Neón"

¡Se acabó el rodaje!
El martes pasado, 29 de septiembre de 2009, se hizo la toma final de "Carne de Neón" en localización, la playa de la Rijana, provincia de Granada.
Y la Inquisición estuvo allí para verlo.



La suerte y el destino hacen que un hermano de la Inquisición, como sabéis, sea Paco Cabezas, aka Pakitokiller, "la perra de la rochela". Cinéfago incansable, amante de la comida rápida y de los videojuegos, friki de los cómics de la Patrulla X y también guionista y director de cine.
Vuestro Chumari de Tomelloso fue invitado a pasarse por el rodaje de "Carne de Neón" y a tener el gusto de servir de chauffeur para Paco. Abrumado por la oportunidad, hice el hatillo, me apreté las polainas y desempolvé el carné de conducir y las llaves de mi motocarro.
¡A por el glamour del cine!



Esto de un rodaje no es como la gente pueda pensar. Para una escena que luego dura medio minuto o apenas unos segundos hacen falta horas de trabajo. Que si plano con la steady. Que si plano corto, plano largo, plano general, plano contrapicado, contraplano... Y cada uno se repite VARIAS VECES. Eso sin contar el trabajo de los de maquillaje, entrando y saliendo, eléctricos, iluminación, atrezzo y un sinfín de personas. El actor, en el centro, parece una cosita muy pequeña al lado de un gran escarabajo-transformer que lo envuelve y amenaza con engullirlo.



La Inquisición tuvo el placer de arremangarse las capas y arrimar el hombro de vez en cuando el algún departamento, como "enchufao" del dire. Trabajé algunos minutos de porteador, de recadero, de fotofija... ¡hasta de boya, con lo fría que estaba el agua! Y lo que más me gustó: unirme a la crew de eléctricos para aguantar un palio. Son los más malos, los más viciosos y los más entregados, los bucaneros del cine: los eléctricos, yeah! Yo ho ho ho, a pirate's life for me!


Encaramado en las velas

Entre las mejores personas del mundo, el glamour de los actores. ¡Síiiii! Una gente estupenda y ultra-carismática. En esta parte del rodaje entraban los entrañables Vanesa de Oliveira, Luciano Cáceres y Dámaso Conde. Con Luciano pasé buenos ratos charlando, es un tío increíble, con una mirada potentísima, un físico poderoso y -sobre todo- una personalidad arrolladora. Ya era su fan número uno por su papelón en "Aparecidos" y ahora lo soy más.



Mítico en su papel de "el Niño"

Dámaso es otro crack, genio y figura. Su papel en la peli, "la Infantita", dará que hablar. Dámaso repite el papel del corto, impresionante. Si habéis visto el corto, os acordáis. Y más que os acordaréis en el largo.
Lo mejor es entre bastidores, en las comidas, por ejemplo, cuando la gente se junta a contar anécdotas. Os prometo que la pareja Luciano-Dámaso era la bomba, ¡los tíos parecían un dúo cómico! Es difícil decir quién tiene más gracia de los dos, si Luciano con sus salidas inspiradísimas con encantador acento argentino o Dámaso en andalú contando batallitas bizarras o buscándole las cosquillas a alguien. ¡Impagable!


Mordaz infantita

No os cuento lo que rodamos, que no quiero que me demanden, pero quedó impresionante. Fui testigo del trabajo de gente con una profesionalidad y un talento desbordante, como el de Adán, ayudante de dirección, dándole más caña al walkie que un sargento americano en la segunda guerra mundial, o Dani, dire de foto, incansable y perfeccionista, sacándole el máximo partido a la increíble localización que descubrió Paco (por cierto, con mi ayuda, ahí puse mi granito de arena!).
Ya hace meses que Paco me llamó para buscar una playa andaluza donde rodar. Creo que fue en junio o por ahí, que -en el mismo motocarro- nos recorrimos media Costa Tropical en busca de la playa perfecta. Et voilá!



Ayer volví, molido, a las cuatro de la mañana, acompañando al dire.
Unas palabras sobre él. Paco tiene esa fe de la que dicen que puede mover montañas. Y joder, lo que ha conseguido. Desde la página en blanco hasta... ¡todo esto! Ya veréis el resultado, es acojonante.
El rodaje es uno de los lugares de trabajo más jerarquizados que he conocido. Ricardo también sabe de qué hablo y él mismo usó la metáfora de la pirámide. Una jerarquía increíblemente dura y estricta. Pero en la que todos los elementos son necesarios, como piezas de un engranaje. Desde el último runner imberbe hasta el director, todos.


Paco y Dani ven la luz al fondo del túnel

Eso sí, el que pone la puntilla, el director de orquesta, es la pieza del centro. Y Paco sabe lo que hace porque sabe perfectamente lo que quiere. Y lleva el papel con una soltura y una clase que solo puede ostentar el que lleva la ilusión por el cine en el corazón y en la misma médula. Paco es cinéfago incansable, amante de la comida rápida y de los videojuegos, friki de los cómics de la Patrulla X y también guionista, sí.
Pero sobre todo, director de cine.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Catarsis y (casi) redención


Peli:
"Inglourious Basterds"
Puntuación: 6/10



Me carga Tarantino. Me carga su prepotencia, su aire de "enfant terrible" de 48 años, su cabeza apepinada y sus humos de friki con carné de identidad número 00001. Y sobre todo me sigue sorprendiendo cómo la mayoría de los gafapastas españoles le siguen chupando la minga y llamando "genio" por menos de tirarse un cuesco. Sin embargo, con cada película hago el esfuerzo de tragarme mis prejuicios y vuelvo a la casilla número 0. Es lo menos que puedo hacer por cualquiera que se pone detrás de la cámara para contar una historia. Seamos justos.



Argumentalmente, "Inglourious Basterds" es un cruce entre "Valkiria" y "Kill Bill". Teniendo en cuenta que son dos películas que aborrezco, la cosa empieza más que mal.
Como sabéis, los "basterds" son una brigada especial dedicada a matar nazis, una célula no reconocida por el gobierno americano y liderada por el teniente Aldo Raine (Brad Pitt). En realidad hay cierto timo, porque la peli apenas habla de los "basterds", que son personajes casi secundarios. La trama principal es la venganza brutal de una niña judía hacia los nazis que liquidaron a su familia. Por eso lo de "Kill Bill".

Lo que llama la atención en primer lugar es la estructura narrativa, en cinco actos marcados con telón y título. La mayoría de los actos tienen una escena principal de diálogo tarantiniano, larga y currada, que son la espina dorsal de la película. No esperen ustedes mucha acción.


Aldo "Apache" Raine y el Oso Judío

Tarantino sigue perfeccionando lo que mejor sabe hacer y le dio la fama en sus primeras obras: los diálogos. El problema es que se gusta tanto, es tan excesivo, que los diálogos se convierten en dinosaurios. Unos diálogos tan tronchos se cargan cualquier película, como ya pasó con aquel pestiño llamado "Death Proof". Los críticos nos dirán que es un genio experimentador. Yo más bien digo que no tiene tanto talento narrativo, que se le acabó en "Pulp Fiction", su obra cumbre. Y que luego no ha hecho más que tener problemas de volumen. Ya lo vimos en el timo de "Kill Bill", al tener que dividirla en dos y en "Death Proof", que parece un cortometraje alargado con diálogos infumables de niñatas pijas.

En "Inglourious", Tarantino encuentra una solución. Literalmente, mandar al carajo la narración y contar este cuento dando cinco pinceladas de brocha gorda. Así sí. De ahí la estructura en cinco mamotréticos actos.
Esto puede gustar o no, pero al menos es más acorde con la forma de escribir del autor. Y mucho más rentable. Aunque está a años luz, recuerda un poco a lo que se hizo en "Pulp Fiction". Partiendo de ahí, los diálogos sí que son efectivos. Están bien montados y mejor interpretados. Porque esta es la buena noticia: la actuación es soberbia. Todos los actores son excelentes y están que se salen en sus papeles (con la excepción quizá de la esperpéntica aparición de Mike Myers, que chirría lo suyo y -por supuesto- adrede).
Pero hay uno que merece mención especial: Christoph Waltz. Lo que hace este hombre no tiene nombre. Es divino, genial, fantástico. Su personaje, el coronel de las SS, Hans Landa, es el verdadero protagonista de la película. El verdadero bastardo innoble.


Hans Landa disfruta de un buen vaso de leche

La antológica irreverencia del director se muestra de forma gloriosa al cargarse de un plumazo toda la historia oficial tal y como la conocemos. Dentro del desequilibrado conjunto, algunas escenas brillan con genialidad. El final, catártica píldora lanzada a toda una cansina tradición de películas sobre la gran guerra, es tan necesario como divertido.
El despiporre es tal, que cuesta trabajo cerrarlo. Tarantino no lo duda: "I think this just might be my masterpiece", dice Aldo Raine.
Hombre, Quentin. Tampoco es para tanto.
Pero está guay.
Absolutio, sí.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Alienígena y sin papeles


Peli:
"District 9"
Puntuación: 7/10



La película del debutante Neill Blomkamp llega envuelta en alabanzas y con el visto bueno del maestro Peter Jackson. Las expectativas, muy altas. Y con ganas de que la peli sea buena y resucite un poco el género de la ciencia ficción futurista, que estaba últimamente de capa caída.


Los aliens llegan en esta patera

El planteamiento de "District 9" es sencillo y ya lo conocéis todos: los extraterrestres llegan en su nave nodriza y se quedan varados sobre la ciudad de Johannesburgo durante 20 años. Los terrestres les servimos de huéspedes, pero no podemos darles otro asilo que ayuda humanitaria y una zona donde acampar, ya que son demasiados. La peli empieza en el momento del desalojo del distrito 9, en un intento de alejar a la población alienígena a una zona más alejada de la ciudad, donde las reyertas entre humanos y bichos son el pan de cada día.
Estos acontecimientos están basados en hechos históricos reales, como fue el desalojo en la época del Apartheid de unas 60.000 personas del llamado "Distrito 6", que fue declarado "Solo para blancos". Esto ocurrió en 1966, no hace tanto. Y se hizo con seres humanos, no con alienígenas.

La peli está narrada en forma híbrida, combinando la narración en tercera persona con el formato de documental. Este lenguaje es muy acertado a mi parecer, ya que le da a la situación unos visos de realidad bastante aceptables. El tono es también muy bueno, con mucha mala leche y bastante sentido del humor, reminiscente del Peter Jackson más añejo. Y por supuesto, unos efectos especiales magníficos de la ya legendaria Weta Workshop.

La crítica anti apartheid es obvia y alcanza sus cotas más altas en la primera parte de la peli, en la que somos testigos de los desalojos. El humor negro es más hiriente en estos primeros compases. El actor Sharlto Copley da vida a Wikus Van De Merwe, delegado de la MNU, una compañía privada encargada de cuidar las relaciones con los alienígenas. Winkus sufre un accidente de tipo biológico e irónicamente empieza a sentir en sus carnes el trato que los humanos propinan a los aliens.


A Winkus se le ponen los ojos como a David Bowie

El protagonista es un acierto total, divertidísimo, un mindundi convertido en héroe de acción con el que el público es capaz de empatizar desde el principio. Sus desventuras enganchan bien, y hacen que sintamos la acción y los giros de manera muy cercana, casi como en una montaña rusa. La peli es francamente divertida y está muy bien hecha, con descaro y frescura, lo cual se agradece. Es un deleite para todo fan de la ciencia ficción, sobre todo la parte en la que las armas alienígenas empiezan a... ejem... usarse.

Por otra parte, a partir de la mitad se hace bastante convencional. El desarrollo es muy manido, sobre todo en lo que se refiere a la relación del protagonista con los alienígenas, que se comportan de forma "demasiado" humana. El director prefiere no meterse en camisa de once varas y deja atrás las moralejas anti apartheid para pasar a la acción. Por otra parte, y afortunadamente, en esta tercera parte tenemos las escenas de acción-ficción más ACOJONANTES que he visto en los últimos años. Como diría mi sobrino, es SUPER-WAPO. Nada más que por esto merece la pena haber llegado hasta este punto en la película. ¿Quién dijo que los cerdos no podían volar?


Momentazos de cinefilia friki


Hace poco comentaba con una amiga algo que parece una perogrullada: una película no termina hasta el final. Y el final de "District 9" está guay, pero no nos dice nada que no supiéramos. Más bien abunda en lo que suponíamos. Habría agradecido un final más esclarecedor. Pero no. "District 9" es una gran película hecha con inspiración y talento, pero su director no es ningún genio, no nos engañemos.

He descubierto por ahí que "District 9" está basada en un corto del mismo director que podéis ver en youtube, llamado "Alive in Joberg". Muy recomendable, para los más acérrimos.
Saludos mutantes y churruscados!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Game over


Peli:
"Gamer"
Puntuación: 2/10



¿Por qué las pelis sobre videojuegos o basadas en ellos son todas tan malas? "Super Mario Bros.", "Street Fighter", "Doom", dioss... ¡Alguien debería escribir una tesis sobre eso!
A "Gamer" acudí con la esperanza de pasar un rato al menos medio entretenido, pobre de mí. La premisa no era del todo desesperanzadora: en el futuro cercano hay videojuegos en los que controlamos a personas reales. Uno de ellos, como el "Sims", en el que todo es vicio, y el otro, "Slayers", una especie de "Half Life" en el que los personajes mueren de verdad. En principio no me atraía lo suficiente, hasta que me di cuenta de que salía Michael C. Hall, mi adorado actor fetiche de unos meses a esta parte, por papelazos como el de la serie "Dexter" y su David de "A dos metros bajo tierra".


Dexter versus Leonidas

Pero ni flores. La peli es un pestiño.
Ya desde el principio llama la atención la factura tan pobre, el poco partido que le han sacado a toda esa pasta, con esos exteriores ridículos y unos efectos especiales de serie de televisión. Además el trato fotográfico, oscuro y plano, es demasiado sobrio y desluce aún más el conjunto. ¿Qué habrán hecho con el dinero los de producción, aparte de pagar a los actores? ¿Tan caro es Gerard Butler? Yo creo que se fueron de farra el primer día y así salió la película, que parece dirigida por una cuadrilla de monos borrachos. Bueno, el cámara fijo que estaba ciego todo el rato, porque no deja de zarandearse en ningún momento, y el montador seguro que hizo su trabajo con resaca de Jack Daniels. Además la única idea buena de guión que hay en la peli está relacionada con hincarse una botella de vodka de un solo trago. A buen entendedor...

Michael C. Hall no puede hacer gran cosa con su personaje de villano plano y sin matices. Ni siquiera su numerito musical -un recurso a la desesperada de los monos borrachos- le sirve para que el espectador arquee la ceja. Si pese a todo seguís con fuerza para ver la peli, como yo hice, retorciéndome de dolor en la sala del cine, al menos veréis chicha en la parte del juego de relaciones sociales. La mujer de Butler está bien buena y es muy divertido ver como un gordaco sudoroso juega con ella, literalmente. Eso es lo único gracioso de la peli.


Intenta mirar la foto sin echarle el ojo al culete... MEEEC! MAL!

Me parece un desperdicio porque la idea no era mala del todo. Eso de que los personajes del juego son reales, como en "Tron" (maravillosa película que también va sobre videojuegos y SÍ está bien, por cierto que van a por la secuela pero divago...), propone una idea interesante sobre lo que es real y lo que no. Porque nuestro personajes del "WoW" o del "Sims" o del juego de rol que sea... ¿No son en cierto modo reales? ¿No mueren de alguna manera cuando mueren?
¿Sentirán los flechazos? ¿Les pasará la vida por sus ojos en el momento de expirar? Creo que esos muñequitos pixelados no son tan diferentes de nosotros mismos. Ubi sunt? ¿Quién juega con quién?
Dejo la reflexión absurdo-metafísica en el aire mientras quemo este mojonazo de película.
Game over! A la hoguera, síiiiii!

viernes, 4 de septiembre de 2009

El proyecto de la bruja de Lars


Peli:
"Antichrist"
Puntuación: 9/10



Lo último de Lars Von Trier llega envuelto en polémica. Desde su proyección en el Festival de Cannes y las airadas protestas de parte del público y de la crítica, que contrastaba con la admiración del resto, lo único que se podía constatar era que, de nuevo, este director no deja a nadie indiferente.
"Antichrist" se presentaba en principio como una incursión novedosa en el género de terror, pero parecía haber algo más. Si no, ¿a qué tanto follón?

Efectivamente y sí. "Antichrist" es un pelotazo y es imposible que deje indiferente.
Es dura, chunga, da fatiguilla y tiene escenas que se quedan impresas en la retina por lo truculento. Pero es una excelente película que me ha maravillado. Intentaré explicar por qué.
Primero, la fotografía. Impecable, cuidadísima. Que nadie espere nada grotesco en la factura. Todo lo contrario, es una gozada. Las texturas, los colores, planos deliciosos.
Los actores también están increíbles. Willem Dafoe aparece más guapo que nunca (sí, sí, GUAPO). Charlotte Gainsbourg está que se sale y demuestra el por qué de su premio a la mejor actriz en Cannes.



Pero lo mejor es esa narración impecable, sin huecos. La narración de un director que sabe perfectamente lo que quiere contar y además lo hace con estilo, con estilazo. Lars Von Trier, inconfundible, pero con toques de languidez onírica e introspección en el más puro Tarkovski -no en vano hay dedicatoria final- y con guiños al mejor cine de terror contemporáneo, desde "The Shining", pasando por "Blair Witch Project", hasta Takeshi Miike. Puro Trier, inconfundible, casi infantil, rozando el esperpento, pero con influencias. Eso sí, con las mejores.

Claro, lo que pasa es que el tema es chungo, chungo. Y complejo. Pero qué bien contado.
"Antichrist" hace que la calificación de mayoría de edad para ver una película vuelva a tener sentido. Porque esta es una película para adultos. Yo diría más, para adultos que estén en plena posesión de sus facultades mentales. Y especialmente para adultos con ganas de pasar un mal rato y de verle las fauces al mal más ancestral. Ese que huele cuando suda, vive en agujeros, es de carne y hueso y le gusta reproducirse. Y no es nada sobrenatural, más bien todo lo contrario.
"La naturaleza es la iglesia de Satán". Eso pienso yo cada vez que voy al campo.



Atención: no apta para gente que no esté preparada para vez mutilación explícita y contextualizada. Aviso.
Por una vez me alegra no prender el mechero. Este anticristo recibe la absolución.
Esto... ejem. Absolutio!