viernes, 9 de junio de 2017

Frikismo desatado en Osaka


Peli: Gantz: O
Puntuación: 8/10









Vuelve chumari una vez más a corear en el desierto casi un año y medio después.
Reconozcámoslo. La época del blog ha pasado, queridos. Ahora rula el repugnante twitter, el post en facebook, el meme de turno. Lo que nadie predijo ha pasado, la idiotización del ser humano pasa por periodos de atención mínimos (haber leído hasta aquí denota nivel máster universitario, que lo sepáis). Por eso vuelvo al menos momentáneamente para recordaros que no he muerto, que sigo aquí, y que los dinosaurios del blog nunca mueren. Resurjo, cual vetusto Miguel Ríos de pantalón ajustado, por los foros desolados del blogger. ¡Weja!


Y todo para hablaros de esta cosa que veis. Se llama Gantz: O y no tiene nada que ver con las aves anseriformes. Gantz: O es una producción japonesa de animación del año pasado. Se basa en una serie de manga llamada Gantz a secas y que cuenta con todos los estereotipos del cuento japo de ciencia ficción-aventura-fantasía. La cosa trata de un par de chavales que, tras su muerte, son abducidos por un ente llamado Gantz que les hace participar en un juego de supervivencia en la vida real y les obliga a dar caza a monstruos alienígenas. La serie se caracteriza por su alto contenido sexual y violento. Y cito de Wikipedia, porque ni he leído el manga ni he visto el anime ni las películas posteriores. Gantz: O podría ser digamos el reboot, ya que es la primera película de animación digital que se produce sobre esta franquicia.

La particularidad de Gantz: O es que se centra en la historia de uno de los protagonistas, Masaru Kato, un joven de diecisiete años que es una mezcla entre Adonis y un armario empotrado, y su primera misión por las calles de Osaka. De ahí esa O tan enigmática. La peli tiene lugar casi en tiempo real. A modo casi de videojuego vamos siguiendo al protagonista hasta el enemigo final y su resolución. Incluso nos dan hasta los puntos, que no es un tema baladí, y no diré más para no entrar en zona espoiler. 

 ¿Y por qué os recomiendo esta aparente bazofia infantiloide con una premisa tan chorra? Pues por un par de razones.

Y ahora os daré un par de razones















La primera es que la película es jodidamente divertida. No me lo pasaba tan bien desde Guardianes de la Galaxia. Gantz: O es un despiporre y una pasada de rosca que solo una mentalidad tan deliciosamente retorcida como la japonesa podría haber creado. Hablo de un cóctel de violencia, testosterona y acción que combina todo lo que puedas imaginar y más. Cuerpos perfectos metiendo caña a monstruos salidos de la imaginación más enferma. Un cóctel de absurdo políticamente incorrecto que me hizo vitorear en voz alta varias veces a lo largo del visionado. 

Lo de la corrección política lo menciono porque es uno de los aspectos que más llamará la atención al espectador profano, el nivel de imbecilidad e inutilidad que tienen todos los personajes, en especial las mujeres, totalmente tratadas como objetos. Diré más, como objetos puramente sexuales con cuerpazos que no existen en este mundo enfundados en trajes de látex, con tetones descomunales...  y con un cerebro del tamaño de una pasa. También hay que decir que los machirulos protagonistas no son mucho mejores. Tipos idealizados de físico ultraterreno que tampoco tienen mucho seso, por no decir ninguno. Pero lo de la cosificación de las mujeres es algo increíble, acostumbrados al cine de Hollywood, desde el que hace años nos llega el adoctrinamiento de la igualdad de forma irregular y no muy acertada en muchos casos. Irónicamente, el machismo redomado del lenguaje del manga, que seamos justos es un género de hombres (más concretamente hombres frikis japoneses mayormente muy aburridos y con una vida sexual poco satisfactoria), resulta, mal mirado, divertidísimo. 

Chaval, es esta parte del cuerpo la que sirve para pensar, no la otra 
La segunda es que probablemente no hayáis visto una película de animación mejor, al menos técnicamente. El trabajo es impecable, hipnótico, una pasada. Lejos quedan Final Fantasy, Beowulf o Polar Express. Esto es otro nivel. Es la primera vez en mi vida como espectador que me quedo embobado solo mirando la pantalla. Recuerdo que me pasó algo similar la primera vez que vi Akira, y mucho cuidado, que no las comparo. Akira es infinitamente mejor. Pero Gantz: O tiene también esa cualidad de innovación técnica que está a kilómetros de distancia de todas sus competidoras. Visualmente es simplemente acojonante. Punto. 

Y no me refiero solo con esto a los efectos de animación, sino al diseño de personajes, a la estética. En esta película me quedo embobado mirando no solo a las chicas, sino a los personajes masculinos, porque MOLAN. Es la cualidad de la animación, que puede alcanzar la perfección según los criterios estéticos del momento y hacerlo de forma artificial, con lo que las imperfecciones y las redondeces propias de la naturaleza no tienen por qué tener cabida. Curiosamente, la sensación de que Kato es perfecto no se hace molesta. Al contrario, es visualmente adictivo, un quiero más, no quiero que la película se acabe. Esta película es un delirio friki, una pasada, un episodio fundamental en la historia visual de cualquier fan de la animación que se precie. 

Soy casi perfecto, sin el casi
Bueno, hay una razón final, pero esta es personal. La peli transcurre en el centro de Osaka, ciudad que considero como segundo hogar. Y la verdad, fue bonito volver a ver el Dotombori, más si cabe en este contexto de apocalipsis tan japo y tan auténtico. Me anegó la nostalgia de Osaka con Gantz

Absolutio!