domingo, 18 de octubre de 2009

Campos gravitatorios


Peli:
"Moon"
Puntuación: 7/10



La historia de la ciencia ficción espacial en el cine tiene unos referentes poderosos. Hacía tiempo que ningún producto heredero de la misma tradición llegaba a trascender como ha hecho esta historia de Duncan Jones, guionista, director y -dicho sea de paso- hijo de David Bowie.
"Moon" narra la historia del único empleado en una base lunar, en un futuro cercano, que enfrenta una crisis personal al final de su contrato de tres años. Sam Rockwell interpreta al protagonista, y Kevin Spacey le pone la voz a GERTY, su robot acompañante.
La peli se estrenó en España el pasado 9 de octubre, poco después de ser presentada en el Festival de Sitges, en el cual obtuvo los premios a la mejor película, mejor actor, mejor guión y mejor diseño de producción.

Critiquemos la película alabando primero sus virtudes, reflejadas en sus premios. Destaca el diseño de producción, efectivamente. La base lunar, los vehículos, los trajes espaciales y el robot, entre otras muchas cosas, denotan una dirección artística exquisita que recuerda a películas como "2001", "Atmósfera Cero" o -me dicen- "Silent Running", una peli de culto del año 72 que no he visto, llamada en España "Naves Misteriosas" (puaj).
Los creadores del guión, el propio director y un tal Nathan Parker, pueden estar orgullosos. El cuento tiene un punto de inflexión potente y magnético como un campo gravitatorio que mantiene la atención hasta el final, algo predecible quizás, pero encantador de todos modos.
Y Sam Rockwell, sí, está fantástico.


Tell my wife I love her very much, she knows

Si el guión es ciertamente ingenuo llegado el final, la película pide esa ingenuidad, y la agradece, como una vieja canción de los setenta. Puede que haya algunos momentos inexplicables que revelan huecos en el fuselaje, pero quedan lo suficientemente recubiertos por los escudos de energía de la fotografía, la música, el gustoso montaje y la ya mencionada interpretación de Rockwell.
Las reflexiones tan universales que se desatan sobre la identidad, la soledad, el amor y la libertad, entre otras cosas, hacen de "Moon" una cita recomendada no solo para los fieles de la ciencia ficción, sino para cualquier amante de las imágenes en movimiento.
Absolutio!

martes, 13 de octubre de 2009

El secreto de -joder que puto frío- sus -muertos de los niñatos- ojos


Peli:
"El secreto de sus ojos"
Puntuación: Sin calificar

Atención: le puede pasar a cualquiera.
La preparación ayuda, por supuesto. Véase, elegir bien el cine y la hora y pertrecharse de la ropa necesaria. Un descuido en cualquiera de estos aspectos puede ser fatal. Porque es muy fácil que el entorno le joda a uno una película.
La historia es sencilla: Tomelloso, acompañado de dos habituales acólitas de la Inquisición, se mete en un cine del que no quiero acordarme sólo ataviado con camiseta y pantalones cortos. No sospecha que debido al jodido veranillo de San Martín, los amables gerentes del cine han decidido volver a poner el aire acondicionado a TODA PASTILLA. Acurrucado en su butaca, mientras intenta retener todo el calor posible de su cuerpo adoptando las posturas más bizarras, se debate entre salir o no a quejarse del frío a los lacayos de tiempo parcial. No sospecha que el frío no es el mayor de sus problemas.

Al cabo de los segundos, entra en la sala un tropel de quinceañeros. Chicos y chicas, hormónicos hasta las cejas y cargados de palomitas y pasiones confusas. Entran a ver "El secreto de sus ojos", sí. Tomelloso no se preocupa, porque piensa que cuando sean conscientes de su error, volverán a la sala correcta, o sea, la de [REC]2, o quizá "Ágora". Además se siente más tranquilo, con sus piernecitas -en postura india- cubiertas con una parte de arriba del chándal que una acólita le prestara gentilmente.
Craso error en ambos casos. Los niñatos han entrado adrede en la película para joderla. Y el frío no hace más que arreciar. Con los sentidos embotados, Tomelloso intenta concentrarse en la película entre chuflas y viento polar. Además el volumen está tan bajo (no han enchufado el THX para ahorrar, al fin y al cabo no es una peli de acción ni de fantasía) que hay que prestar la máxima atención. Por no hablar de las sutilezas y el acento del español argentino, que Tomelloso descifra con deleite al 95% en las más óptimas condiciones. Pero desgraciadamente, no es el caso.


Mi percepción del film

El resto se lo pueden ustedes imaginar. De la peli me entero solo a medias. Además me pierdo un buen trozo al tener que salir a la mitad para llamar a algún pobre empleado que, linterna en ristre, le llame la atención a la chavalería.
Es de rigor en la Inquisición no evaluar películas que no se han visto en las condiciones necesarias. Escribo esta entrada no solo para el alborozo de ustedes, sino como advertencia, para que tomen precauciones y mi triste experiencia les sirva de consejo. Ya sé que quizá estén de más para ustedes, curtidos espectadores de cines españoles.

Por eso, la Inquisición aconseja:

Uno: Ir al cine con ropa de abrigo extra. Si son ustedes frioleros, aconsejo pelliza y gorro.
Dos: No meterse en gresca con alborotadores. Salir a quejarse, que los del cine van a hacer su trabajo de forma mucho más eficiente. Mejor perderse dos minutos de peli que enmarronarse durante el resto de la película en un enfrentamiento personal.

¿La pelicula? Ah sí. Creo que no la quemo, pero tampoco estoy seguro. Realmente, no lo sé.
Si la vuelvo a ver algún día, será en otras condiciones. De momento seguiré perfeccionando mi receta de palomitas impregnadas en curare.
Saludos churruscados!

martes, 6 de octubre de 2009

Entrañable retorno a Manhattan


Peli:
"Whatever Works"
Puntuación: 7/10



Muchos sabrán que Larry David no solo es el protagonista de la última peli de Woody Allen, sino el co-guionista de la fabulosa serie de televisión "Seinfeld", de la cual soy acérrimo seguidor. Cuando acudí a ver "Whatever Works" al Avenida 5 cines, además del atractivo obvio de la firma del maestro, tenía el reclamo añadido de ver qué tal lo hacía David, famoso por su difícil y pusilánime personalidad en la vida real, alter ego de George, el gordito calvo y ruin de la serie más exitosa en la televisión americana de los años noventa.



La película nos ofrece el perfil protagonista de Boris Yellnikoff, excéntrico neoyorkino puretón y depresivo, que pasa la vida intentando alejarse de sus congéneres humanos, a quienes considera una raza vil y despreciable. El tipo es antipático, huraño y prepotente, pero tan patético, que resulta adorable.
El detonante del cuento es una chica de Louisiana, pura cateta americana, que se busca la vida en Nueva York y cruza su camino con el de Boris de forma accidental. La comedia empieza a funcionar con el contraste entre las dos américas: la intelectual, progresista, artísitica y existencialista del neoyorkino, y la de la "basura blanca". El argumento, muy ligero y tontorrón, casi no le hace justicia a los sólidos y trabajados personajes que empiezan a cruzar el umbral de la casa de Boris a ritmo de vodevil.

La película trae aires nostálgicos del mejor Woody Allen. Larry David está a la altura y aunque no es el mejor actor del mundo, aguanta el tipo más que bien arropado por el excelente guión del propio director. Sus desplantes cómicos tienen el punto álgido cada vez que se sale de los cánones de la narración y se dirige a los propios espectadores de la platea del cine, de una forma muy divertida, a lo "club de la comedia".
La filosofía, la de siempre. La vida es absurda y no se pueden sacar conclusiones ni reglas que valgan. En inútil intentar aprender nada de la vida, especialmente en el amor. Lo mejor es tirar adelante y hacerlo lo mejor posible, sin joderle la vida a nadie. Y mientras funcione...
Y el homenaje, de nuevo, es a la ciudad de Nueva York, un catalizador de sueños frustrados. Los sureños catetos llegan a Nueva York y se tranforman en su verdadero yo, como en el cuento del príncipe y la rana.

Nada nuevo bajo el sol en el universo de Woody Allen. Ideas clásicas que siguen funcionando. Eso sí, el consagrado director vuelve a demostrar que es capaz de lo mejor con cuatro rudimentos y unos buenos actores. Este tipo es mágico: es imposible que una película mediocre salga de sus manos. La mediocridad dentro del genio obtiene un notable para el común de los mortales. Suma y sigue. Y nosotros que lo disfrutemos.
Absolutio!

viernes, 2 de octubre de 2009

[REC] se queda sin batería


Peli:
[REC]2
Puntuación: 4/10



Ya a la entrada del cine me sorprenden unos alaridos porcinos. "Cielos", pienso. Hordas de fans de [REC] ya están haciendo cola. Seguro que están maquillados a lo zombi, gritando y gimiendo. Si lo sé, me traigo el sable láser.
Falsa alarma. Las hordas no son de fans del nuevo terror español, sino de niños pequeños que, acompañados de sus padres, van a ver "Vicky el Vikingo". Hay uno que berrea como un poseso. Horror de críos. Sospecho de dónde sacaron Plaza & Balagueró los chirriantes gritos de los zombies. ¿Tendrán sobrinos? ¿Algún vecinito riquín, quizás?
Basta, concentrémonos en la película.


Tus ojos son de colebrí

[REC]2 retoma la acción poco después de los acontecimientos narrados en la primera parte. Acompañamos esta vez al grupo de Geos que entra en el edificio para limpiar la zona de contagio y recoger pruebas para destilar un posible antídoto. A diferencia de la primera, no hay prólogo que valga. La acción es inmediata. Para empezar, esto repercute en el interés que despiertan los personajes, que es casi nulo. Primer error.
Sigamos con el voto de confianza a los directores. La primera parte de la peli no añade nada novedoso. Los sustos... ya los conocemos. Además están rodados peor, como de forma más precipitada. Luego llegan las novedades argumentales.

A ver, sin desvelar nada, las ideas no son malas. El giro propuesto a lo más sobrenatural está bien, pero ya no casa tan bien con el concepto inicial de [REC].
A la caterva de adolescentes que hay en la fila de atrás no parece importarles mucho la calidad del rollo. Cacarean, ríen, se divierten. A veces, incluso se asustan, creo. ¿Target? La película pretende ser fresca pero acaba cayendo en el peor de los pecados: es redundante. Y peor aún: no da miedo. Nada de miedo.

¿Por qué ha ocurrido esto? Tenemos calidad para hacer una secuela sin matar a la gallina de los huevos de oro. El concepto de [REC] daba miedo porque era entrar en una zona desconocida en la que uno se sentía vulnerable como espectador. Pero ahora esa zona ya no es desconocida, más bien todo lo contrario. Los nuevos personajes, más desdibujados, carecen del carisma para llevarnos de la mano al terror (me parece sintomático que el personaje del cámara pase esta vez casi desapercibido, con lo que molaba "Pablo" en la primera).
¿Qué tal la idea de meter unos secundarios adolescentes? De nuevo, ¿target?
Además, el intento de explicar lo que en realidad pasó pretende meter otro nivel de terror, pero lo que en realidad consigue es el efecto "midiclorianos". Los fans de Star Wars me entenderán perfectamente. Quiero decir que no hacía falta explicarlo.
No quiero que me lo expliquen, quiero que me asusten.


Aquí no hay quién viva

Salgo del cine, más manso que un cordero. Como si hubiera visto una peli de Disney. Rememoro esas buenas ideas puntuales que arrancaron sonoras carcajadas y algún aplauso, pero este tipo de desplante ocasional no consigue levantar el chiringuito. Camino entre chavalillos, los mismos que hicieron coros durante la peli como "No estás buena ni na!" o "Esa lengua se la metí yo igual a la Yeni el otro día!". Y el caso es que la película merece esos coros. [REC]2 está dedicada a ellos.
Voy arrugando algunos papeles en el bolsillo. La entrada del cine está entre ellos. Anticipo el placer de la hoguera.

jueves, 1 de octubre de 2009

La Inquisición en el rodaje de "Carne de Neón"

¡Se acabó el rodaje!
El martes pasado, 29 de septiembre de 2009, se hizo la toma final de "Carne de Neón" en localización, la playa de la Rijana, provincia de Granada.
Y la Inquisición estuvo allí para verlo.



La suerte y el destino hacen que un hermano de la Inquisición, como sabéis, sea Paco Cabezas, aka Pakitokiller, "la perra de la rochela". Cinéfago incansable, amante de la comida rápida y de los videojuegos, friki de los cómics de la Patrulla X y también guionista y director de cine.
Vuestro Chumari de Tomelloso fue invitado a pasarse por el rodaje de "Carne de Neón" y a tener el gusto de servir de chauffeur para Paco. Abrumado por la oportunidad, hice el hatillo, me apreté las polainas y desempolvé el carné de conducir y las llaves de mi motocarro.
¡A por el glamour del cine!



Esto de un rodaje no es como la gente pueda pensar. Para una escena que luego dura medio minuto o apenas unos segundos hacen falta horas de trabajo. Que si plano con la steady. Que si plano corto, plano largo, plano general, plano contrapicado, contraplano... Y cada uno se repite VARIAS VECES. Eso sin contar el trabajo de los de maquillaje, entrando y saliendo, eléctricos, iluminación, atrezzo y un sinfín de personas. El actor, en el centro, parece una cosita muy pequeña al lado de un gran escarabajo-transformer que lo envuelve y amenaza con engullirlo.



La Inquisición tuvo el placer de arremangarse las capas y arrimar el hombro de vez en cuando el algún departamento, como "enchufao" del dire. Trabajé algunos minutos de porteador, de recadero, de fotofija... ¡hasta de boya, con lo fría que estaba el agua! Y lo que más me gustó: unirme a la crew de eléctricos para aguantar un palio. Son los más malos, los más viciosos y los más entregados, los bucaneros del cine: los eléctricos, yeah! Yo ho ho ho, a pirate's life for me!


Encaramado en las velas

Entre las mejores personas del mundo, el glamour de los actores. ¡Síiiii! Una gente estupenda y ultra-carismática. En esta parte del rodaje entraban los entrañables Vanesa de Oliveira, Luciano Cáceres y Dámaso Conde. Con Luciano pasé buenos ratos charlando, es un tío increíble, con una mirada potentísima, un físico poderoso y -sobre todo- una personalidad arrolladora. Ya era su fan número uno por su papelón en "Aparecidos" y ahora lo soy más.



Mítico en su papel de "el Niño"

Dámaso es otro crack, genio y figura. Su papel en la peli, "la Infantita", dará que hablar. Dámaso repite el papel del corto, impresionante. Si habéis visto el corto, os acordáis. Y más que os acordaréis en el largo.
Lo mejor es entre bastidores, en las comidas, por ejemplo, cuando la gente se junta a contar anécdotas. Os prometo que la pareja Luciano-Dámaso era la bomba, ¡los tíos parecían un dúo cómico! Es difícil decir quién tiene más gracia de los dos, si Luciano con sus salidas inspiradísimas con encantador acento argentino o Dámaso en andalú contando batallitas bizarras o buscándole las cosquillas a alguien. ¡Impagable!


Mordaz infantita

No os cuento lo que rodamos, que no quiero que me demanden, pero quedó impresionante. Fui testigo del trabajo de gente con una profesionalidad y un talento desbordante, como el de Adán, ayudante de dirección, dándole más caña al walkie que un sargento americano en la segunda guerra mundial, o Dani, dire de foto, incansable y perfeccionista, sacándole el máximo partido a la increíble localización que descubrió Paco (por cierto, con mi ayuda, ahí puse mi granito de arena!).
Ya hace meses que Paco me llamó para buscar una playa andaluza donde rodar. Creo que fue en junio o por ahí, que -en el mismo motocarro- nos recorrimos media Costa Tropical en busca de la playa perfecta. Et voilá!



Ayer volví, molido, a las cuatro de la mañana, acompañando al dire.
Unas palabras sobre él. Paco tiene esa fe de la que dicen que puede mover montañas. Y joder, lo que ha conseguido. Desde la página en blanco hasta... ¡todo esto! Ya veréis el resultado, es acojonante.
El rodaje es uno de los lugares de trabajo más jerarquizados que he conocido. Ricardo también sabe de qué hablo y él mismo usó la metáfora de la pirámide. Una jerarquía increíblemente dura y estricta. Pero en la que todos los elementos son necesarios, como piezas de un engranaje. Desde el último runner imberbe hasta el director, todos.


Paco y Dani ven la luz al fondo del túnel

Eso sí, el que pone la puntilla, el director de orquesta, es la pieza del centro. Y Paco sabe lo que hace porque sabe perfectamente lo que quiere. Y lleva el papel con una soltura y una clase que solo puede ostentar el que lleva la ilusión por el cine en el corazón y en la misma médula. Paco es cinéfago incansable, amante de la comida rápida y de los videojuegos, friki de los cómics de la Patrulla X y también guionista, sí.
Pero sobre todo, director de cine.