lunes, 28 de junio de 2010

Haneke o la elegancia de lo perverso


Peli:
"Das Weisse Band"
Puntuación: 8/10



Otra de las cintas nominadas a la mejor película extranjera del año pasado fue "Das Weisse Band", de Michael Haneke, más conocida en nuestro país como "La cinta blanca", ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2009. Es esta una más de las pelis que la Inquisición se quedó sin ver en su momento por vivir en un país en el que no muestran películas con subtítulos en cristiano. Hace poco nos quitamos la espinita.



"La cinta blanca" trata sobre los acontecimientos que tienen lugar en una aldea alemana poco antes de que estalle la primera guerra mundial. Una serie de accidentes provocados empiezan a enturbiar la armonía del pueblo y a poner a prueba las relaciones entre vecinos, familias y los propios miembros de cada familia. Se trata en parte de un cuento detectivesco en el que se dejan caer pistas al espectador para que vaya desentrañando los misterios del pueblo e intente averiguar quién es el autor de los crímenes. Pero sobre todo se trata de una reflexión sobre el lado oscuro de esas pequeñas comunidades en las que reina la envidia, la apatía, la brutalidad y el deseo de venganza (y cito con esto más o menos de memoria a uno de los personajes).

La peli está rodada en un acertado blanco y negro que nos transporta sin ningún esfuerzo a la Alemania rural de principios del siglo XX. El magnífico plantel de actores está respaldado por conocidos cracks del cine alemán como Ulrich Tukur, a quien ya conocimos en "La vida de los otros", o Burghart Klaussner y Susanne Lothar, que clavan unos papeles estremecedores. Una voz en off, que luego se descubre como la del maestro de escuela, protagonista casual de los acontecimientos, se convierte en la narradora parcial del terrible cuento que se nos desvela.


Increíble trabajo también el de los actores infantiles

La maestría de "La cinta blanca" está, como no, en la narración. Los encuentros entre los personajes, lo dicho y lo que no se dice cobra múltiples dimensiones de significado. El lenguaje que utiliza Haneke es tan sugerente como sutil. La especialidad de Haneke reside en el juego con lo oculto, con lo que no se muestra, con lo que ocurre fuera de la pantalla. De este modo, la historia que se nos cuenta comienza a albergar recovecos que no podemos evitar llenar en nuestra mente con aquello que no se dice y que no se ve.

Solo he visto dos pelis de Haneke. Esta, y "La pianista", otra peli muy enferma y muy perversa, quizás más que esta. A la luz de la comparación, "La cinta blanca" aparece como una obra de mayor madurez y "La pianista" como un producto más crudo. Sin embargo, ambas tienen mucho en común. Si en "La pianista" se nos mostraba el lado oscuro de una persona aparentemente normal, en "La cinta" Haneke da una vuelta de tuerca al enseñarnos el reverso secreto de todo un grupo de personas que como un ente orgánico se auto-mutila por alguna razón que solo al espectador le toca desvelar. El cuento tiene tantas capas de significación que a uno le sobra la información. Mientras la mente del espectador sea más retorcida, mejor.
Por eso ni que decir tiene que en la Inquisición hemos disfrutado mucho.

Absolutio al guarrete de Haneke. Hail!

sábado, 19 de junio de 2010

Vida de un sicario


Peli:
"Un prophète"
Puntuación: 8/10



Más vale tarde que nunca. El otro día la Inquisición se hizo al fin con una copia de "Un prophète", de Jacques Audiard, película revelación del año pasado y representante por Francia en los oscars.



"Un prophète" nos cuenta la historia de Malik El Djebena, un joven de origen árabe que ingresa en prisión para cumplir una pena de seis años. En este tiempo tendrá que aprender a tomar graves decisiones que le permitan llegar vivo al final de su condena. En el microcosmos de la cárcel Malik entra en contacto con la mafia corsa, que pretende apadrinarle, y con los propios árabes. Nuestro héroe descubre pronto que no le queda otra alternativa que aprender a moverse entre dos tierras.

La película es un cuento de aprendizaje, de rito de paso puro. Se trata de la historia de cenicienta, reformulada en un contexto extremo y muy actual. Lo que tiene de bueno este profeta es que no se trata del drama carcelario típico en el que la única salida es la escapada (o la redención). Por el contrario, el protagonista ha de pringarse hasta las cejas para enfrentarse a los desafíos de su nueva existencia como si no existiera nada al otro lado de las rejas. El único universo es la cárcel, una sociedad ultra-jerarquizada con comerciantes, ladrones, señores feudales, espías y reyes. Malik aprende a subir de escalafón usando sus limitados recursos no solo para sobrevivir, sino para intentar hacerse un sitio entre los que reparten el poder y disponen de las vidas de los demás.

Hay muchos aspectos interesantes en esta cinta, pero quizás lo mejor de todo sea el protagonista. Tahar Rahim lo borda. Su apariencia física es la del ser más bajo de la pirámide. El protagonista llama la atención por ser un personaje tabula rasa que entra en la cárcel sin ninguna historia que lo avale. Rahim le pone el rostro perfecto a este muchacho sin sombra representante de una clase anónima pero cada vez más predominante, la de la persona sin apenas cultura y de raza distinta a la que ostenta el poder. Digamos, "el otro". Y de esta piel y de este corazón crece un héroe del cine negro de proporciones bíblicas.



He de admitir que por momentos se me hizo un poco larga, y es que a veces en la cárcel no pasa nada. Los momentos climáticos tardan en llegar, como todo en la vida. En realidad esto es casi una virtud que revela la visión y la seriedad del film, que intenta llegar más allá de lo anecdótico. Y vaya si lo consigue. Sobre todo en dos o tres escenas claramente míticas, de calidad y permanencia dignas del mejor cine clásico a lo "El Padrino" o "Scarface", sin exagerar.

Sin embargo, y pese a todo, no la recomiendo a todos los públicos. Creo que es una película muy seria, muy buena, pero circunscrita a un tipo de cine -negro, negrísimo- que solo disfrutarán del todo los frikis del cine y los amantes del cine negro en particular. Yo mismo me he tenido que preguntar sobre lo trascendente de esta historia y para eso no he tenido que pensar mucho. La realidad del otro, de la minoría, se empieza a convertir en la realidad principal y el mensaje de "Un profeta" nos recuerda que los últimos serán los primeros. Y me da que no le falta razón.

Saludos churruscados.

jueves, 17 de junio de 2010

Evasión y derrota


[Se abre el telón. Aparece en escena Tomelloso sentado en un sillón y arrebujado en sus capas, que le quedan muy cortas. Las flacas canillas asoman descubriendo unos calcetines blancos calados hasta las rodillas y unas sucias y roídas bambas que algún día fueron blancas. Ladea ligeramente la cabeza al oír el ligero clic que haces al entrar en el blog. Empieza a hablar.]


Llega el verano a Moscú.
Después del invierno más crudo que uno se pueda imaginar, la capital de Rusia se ve arropada por un clima inesperadamente cálido, de frescor en el aire y de noches claras, con lentos atardeceres rojos, azules y blancos. Alguna tormenta ocasional y violenta viene en la tarde para recordarnos quién manda, como para que no nos relajemos del todo y nos atrevamos a empezar a disfrutar de esto. Los rusos se quejan del calor y se van al campo los fines de semana. El resto, contemplamos anodadados cómo se transforma la ciudad.


Foto del cielo de Moscú, hoy, desde la abadía

[Tomelloso se levanta y comienza a recorrer la escena a grandes trancos. Mueve los brazos mientras habla, gesticulando con grandilocuencia.]

Con el cambio de estación llegan los estrenos del verano, con cuentagotas. La cartelera moscovita ofrece lo siguiente: "Prince of Persia", en ruso, "El equipo A", en ruso, "Shrek 4", en ruso, "Sexo en Nueva York", en ruso, "Street Dance 3D", en ruso (y 3D), y alguna cosilla más... en ruso. Las salas en versión original muestran películas que parecen sacadas del segundo día del Festival de cine de Ponferrada y encima en idiomas no del todo inteligibles por la Inquisición y con subtítulos -claro- en ruso. La perspectiva en España para las próximas semanas tampoco es muy halagüeña. Entre los estrenos veo engendros como "Campamento Flipy" o "La venganza de Ira Vamp". ¿Qué es esto? ¿Se confabulan los astros para condenarnos al ostracismo?

¿O será que llegó el mundial?

[Se para en el centro de la escena y agitando el puño, increpa al vacío]

¡Abrid los ojos, oh, infelices! ¿No veis que solo estrenan morralla? Somos muñecos en manos de distribuidores sin alma que se piensan muy mucho cuándo soltar la pasta. Buscad una peli atractiva de aquí a un mes y os encontraréis con el mismo panorama: estrenos que no pintan nada o que no le interesan a nadie, películas por las que ni los propios productores daban ya un duro. Os desafío a encontrar solo una.


Este gol no lo para ni Stallone

Y es que hay otras formas de escape, es cierto. No solo de cine vive el hombre, que en el fondo es una criaturita que lo único que quiere es evadirse de vez en cuando. ¿Y no tenemos derecho acaso? En Moscú hay las siguientes posibilidades:

  • Irse a leer a Dostoyevski o similar bajo los chopos y acabar calado hasta los huesos por una tormenta tropical
  • Irse al museo Pushkin a hacer cola durante 40 min. para ver la exposición de Rembrandt y acabar calado hasta los huesos por una tormenta tropical
  • Irse al bar con los amigotes a ver un partido del mundial y acabar calado hasta los huesos por una tormenta tropical
  • Aceptar todo infortunio con donaire y ponerse a cantar y a bailar bajo la tormenta tropical
Así que no sé vosotros, pero yo voy a hacer hoy todas las cosas de la lista, en este orden. Nos volvemos a ver cuando se me pase el resfriado que pillaré esta tarde debido a la tormenta tropical. Mientras tanto, desde la cama, me evadiré con las evoluciones del barrilete-Maradona por el casillero del míster, los remates al palo y el trompeteo de las vuvuzelas. Quizás hasta me divierta. Y al fin, ¿es tanta la diferencia? Es solo otro tipo de evasión. Así que... ¡Vamos con La Roja!

[De repente, del techo, cae un peso gigantesco de 100 toneladas que aplasta a Tomelloso. El negro trapezoide lleva la siguiente leyenda escrita con bombillitas: "España 0 - Suiza 1". Desde debajo del peso se oye la voz de Tomelloso, clueca y débil.]


Digo... aupa (ack) Urug- (gasp) Uruguay.

[Baja la luz de intensidad mientras suena el himno nacional español tocado al revés. Curiosamente se parece tremendamente a "La verbena de la paloma". Fin de la primera fase, digo del primer acto.]

jueves, 3 de junio de 2010

Mamoru Hosoda, un soplo de aire fresco


Peli: "Summer Wars"
Puntuación: 9/10



Visto el funesto panorama en las salas, me vuelvo a la mula para traeros un tesoro que acabo de descubrir: la última película de Mamoru Hosoda, un japonés con mucho talento y buenas ideas que hace un cine de animación maravilloso en una senda divergente de la de Miyazaki, pero no menos estimulante.
"Sama Wozu", mejor conocida como "Summer Wars", se ha estrenado en diferentes festivales, Sitges incluido, pero por desgracia y que yo sepa no ha llegado a los cines. Se trata de una producción del año pasado que se estrenó en Japón con éxito solamente relativo. Como de costumbre, las pelis de animación que se salen del target infantil acaban pocas semanas en cartel y acaban siendo carne de festivales y de coleccionismo otaku-cinéfilo.


La peli es una completa maravilla de animación. Por comparar con el cánon, el estilo del dibujo es más espigado que al que Miyazaki nos tiene acostumbrados, pero con calidez, sin llegar a los rasgos enfermizos más característicos de otros autores como Mamoru Oshii. Solo los colores, el detalle y el movimiento del dibujo son un placer para la vista. Y el contenido no le va a la zaga, que es lo mejor. La historia entronca con los tradicionales temas del anime, la búsqueda, el rito de paso, las bromas con connotaciones sexuales a los que se suman bríos nuevos y originales gracias a la inclusión del universo alternativo y muy actual de las redes sociales y de los mundos virtuales. Se trata también de una historia de amor adolescente, a la manera de "Suzumiya Haruhi no Yutsuu" o "La melancolía de Haruhi Suzumiya", otra animación que merece mucho la pena, por cierto.

No quisiera decir mucho más de esta magnífica película, ya que prefiero dejarla virgen para que la disfrutéis sin más. Es una joya que me ha traído nostalgias del mejor Japón, el que dejé físicamente pero que siempre me acompañará. Cuando se ven estos paisajes y estos personajes tan bien recreados y solo un poquito idealizados, uno se olvida de todo lo malo.
Os dejo, no sin antes prometer que me falta ponerme al día con el señor Hosoda, que dicen que tiene una peli tan buena o mejor que esta, llamada "Kakeru Shojo" o "La chica que saltaba en el tiempo". ¿A que suena bien?