sábado, 14 de noviembre de 2009

Primer plato en Moscú: pato relleno


Peli:
"Julie & Julia"
Puntuación: 3/10



Yaha! Comienzo las crónicas moscovitas al fin!
Chumari de Tomelloso retoma la llama de la pira y la enciende de nuevo en las catacumbas de Novogerievo, en el extrarradio de Moscú.
Nunca las catacumbas de la Inquisición fueron más catacumbas que ahora. Y nunca Tomelloso se sintió más inquisidor, en la única ciudad en la que ha vivido hasta ahora en la que puede llevar su capucha de monje bien calada y sin que nadie arquee una ceja. Moscú nos recibe bien, con frío y mal tiempo apocalíptico. Prometemos seguir la quema desde aquí, explorando estos cines post-soviéticos y husmeando entre los trapos sucios de Hollywood.

En el lado negativo: no hay mucho donde elegir. Solo tres cines en toda la ciudad ponen pelis en versión original. En el positivo... muah ha ha! Los rusos son tan piratones que estrenan la mayoría de las películas como tres meses antes que el resto de los países. De dónde creéis que os ha llegado esa copia pirata del mercadillo, ein? Las hacemos aquí, en mi barrio! Muah ha ha!


Esta peli ya es vieja en Moscú

El primer cine que recibe la visita de la Inquisición es el "Pod Kupolom", que como su propio nombre indica, se encuentra en una cúpula, justo delante del Hotel "Renaissance". Encontramos el cine tras una caminata bajo el inclemente cielo moscovita. El cine está en una cúpula delante del hotel, de super-lujo, con clientes ricos rusos en el lounge, acompañados de rubias veinteañeras, consultando sus Sonys VAIO o preparándose para el cócktail de empresa. El cine, por su parte, tiene un aire cutre, pero la calidad del visionado es buena. Espectadores, no más de la docena, un sábado a las 15:30 de la tarde, única sesión.


El antro en cuestión

La película: "Julie & Julia", una comedia de Nora Ephron que narra eventos en las vidas de dos personajes reales, Julie Powell, una niñata de Nueva York que decide escribir un blog basado en su desafío personal de cocinar las 524 recetas del libro de una famosa cocinera, y Julia Child, la autora de dicho libro. Meryl Streep y Amy Adams, repitiendo el tándem de "Doubt", encarnan a las dos "Julias".
Ya, habría preferido ir a ver "Celda 211", pero es lo que hay, copón. Estoy en Moscú, qué queréis.

Uno siempre puede llevarse una sorpresa y llegar a disfrutar con una película en la que no tenía puestas muchas expectativas. En "Julie & Julia" no es el caso. El montaje paralelo de las dos vidas va alternando la elaboración del blog por parte de Julie, a punto de cumplir los treinta, y la vida de Julia Child en París y otras capitales europeas. Cada vez que se retoma la historia de Child, la película toma cierto aire gracias a la Streep, que vuelve a demostrar que es una artistaza con todas las de la ley, capaz de hacer suyo un guión paupérrimo y darle vida al personaje más soporífero de la historia, convirtiéndolo en alguien magnético, divertido y sublime. Pero cada vez que volvemos a Manhattan uno quisiera hacerse el harakiri con el brazo de la butaca.

Excepto Meryl Streep, todo lo demás es infame en esta película. La protagonista es irritante y uno desea que atragante con su propio pato relleno. Amy Adams parece una reencarnación de Meg Ryan, solo que más cargante aún si cabe. Su personaje es simplemente odioso. Y la culpa es tanto de la actriz como del infumable guión. Entre algunas perlas del mismo recordaremos especialmente la oda a la mantequilla, las frases lapidarias sobre cumplir los treinta y cualquiera de las entradas del blog de la protagonista. Como para dejarse las venas largas. El bombardeo de clichés narrativos y cinematográficos de peli "amable" es abrumador. La musiquilla de fondo de videojuego -clavadita a la que se escucha en "The Sims"- tampoco ayuda.


¿No es para pegarle con un calcetín sudao?

No le acabo de ver la punta a esta película. ¿Para qué contarnos esta historia? No hay quien rescate cierto paralelismo entre las dos vidas, aparte de la similitud entre los dos únicos y estereotipados personajes masculinos, parejas respectivas de las Julias. No hay rito de paso que valga, ni aprendizaje, ni nada. Julia triunfa por mérito propio, de acuerdo, pero Julie se hace famosa como fenómeno en internet, no por su talento, aunque nos quieran vender gato por liebre. Se trata de un canto a la mediocridad, confirmado incluso al final, cuando la propia Julia reconoce que odia el trabajo de Julie. Y menos mal! Esta peli apenas tiene razón de ser.

Además las partes de Amy Adams son tan odiosas, cursis y estomagantes, que no la habría visto aunque fuera la única película en un avión a las antípodas. Habría preferido pasar dos horas mirándome las uñas. Si no me salí del cine fue por no dejar tirados a mis nuevos acólitos y porque me parecía triste no amortizar los 300 rublos de mi primera entrada moscovita.
Pongo a Trotski por testigo que nunca, NUNCA, volveré a ver una película de Nora Ephron.

En fin, a la hoguera, diez veces a la hoguera!
FLUSHG!!

Empiezo bien. Estoy cabreado y sediento de más brasas. Malditos cerdos capitalistas! Agito mi puño cerrado desde las entrañas de Novogerievo, desde donde seguiré informando.
A ver si la próxima hay más suerte.
Saludos churruscados!