jueves, 27 de junio de 2013

Entretenimiento made in DC: espectacular aburrimiento


Peli: "Man of Steel"
Puntuación: 5/10







Llegó el lavado de cara lógico de Superman, el hombre de acero. Hay que pintarlo todo de gris metalizado, dicen desde arriba. Viene el hongo devorador y lo pinta. No puede funcionar de otra manera en Hollywood: Christopher Nolan renovó al murciélago, petó la taquilla y hay que seguir con el resto del universo. El hombre de acero no se libra.

































A la renovación de Nolan, en principio, no hay nada que objetar. Hace mucho tiempo de las pelis clásicas de Reeve, la continuación de Bryan Singer en los mismos tonos no llegó a convencer y al superhéroe no le venía mal un proceso Batman Begins. Además se suma al proyecto el interesante director Zack Snyder, resultón y con el punto justito de visionario. Mano de pintura al héroe y vuelta a empezar, con nuevos empaques y las características del cine de Nolan: seriedad, respeto por el personaje, solidez argumental, dramatismo, acción y épica en la medida justa y todos contentos. ¿Todos? No. La Inquisición disiente y se une a la tendencia en contra. A la hoguera... de kryptonita.

No hablaré del proyecto, que me la suda, sino del producto acabado. ¿Por qué me aburre tanto esta película? Intentaré explicar las razones de una obra a mi parecer fallida.

Primero: no hay matices. La peli es un bloque gris de dos horas que siempre está en un tono de tensión altísimo. Todo es grandilocuente, todo, hasta los flashbacks de la infancia de Clark Kent, que terminan por lastrar el ritmo de la película. La peli se toma demasiado en serio a sí misma, no hay un resquicio de ironía. Resultado: sensación de frialdad hacia unos personajes con los que es muy difícil empatizar.

Em... hijo mío, ¿cómo llevas el inglés? Tu madre y yo hemos pensao que...











El personaje de Superman tiene un gran peligro para los guionistas: es un alienígena indestructible. ¿A quién le va a importar lo que le pase si A) no es humano y B) no puede morir? La decisión lógica es humanizarlo, como pensaron Goyer y Nolan, y previamente Donner y sus guionistas. Pero también es importante que una vez lo tengamos humanizado luego haya cierto distanciamiento en la narración, que todo pase a tercera persona. Para eso sirven Lois Lane y los demás. Lo que emociona de superman es verlo cruzar el cielo, salvar a alguien en una situación imposible, aparecer de la nada. Sin embargo en "Man of Steel" la primera persona alienígena permanece todo el rato, provocando un efecto contrario: la esencia de superman se diluye.

Las decisiones argumentales no me parecen del todo mal, aunque la peli es redundante y se explica demasiado a sí misma y esto también pincha un poco el globo. Entiendo la idea, los guionistas quieren ser sinceros con su público y dejarlo todo claro, de acuerdo. Pero tanto rollo con la civilización de otro planeta hacen de la peli algo menos superheroico y más de ciencia-ficción... bastante poco original, por cierto. Esto acaba influyendo demasiado en la estética: se hace demasiado énfasis en la tecnología y en la cultura kryptoniana, lo cual eclipsa también al protagonista como elemento clave. Acepto la reflexión sobre su problema de identidad, pero no hace falta machacarlo tanto, no me contéis las genealogías de los reyes godos de Krypton, coño.

¡No tendréis cojones de convertirme en polla de carbonita! ¡Cabrones!













Todos estamos convencidos de que a Batman le ha venido bien este "reboot", nadie en su sano juicio echa de menos la decisión timburtoniana. Bueno, alguno habrá. Pero está claro que en el canon, el Batman de Nolan es "el Batman". Sin embargo, a Superman este proceso de desidealización y acercamiento a la primera persona no parece sentarle tan bien. Superman, insisto, es un extraterrrestre invulnerable. Está guapo que lleve una capa roja, un traje azul y una ese en el pecho y sobre todo mola que no entendamos muy bien qué pasa por su cabeza. Honestamente, me encuentro echando de menos las viejas pelis. Todo este rollo solo me ha dado ganas de recordar los momentazos de azul y rojo, la fortaleza de la soledad, los cristalitos verdes, el viejo Lex, los colores saturados del traje.

Y hay puntos buenos y salvables, es cierto. El primero, la elección de cásting. Me gusta el muchacho, lo admito. Está cachas en la justa medida y es asquerosamente guapo. De hecho en algunos momentos de tensión le sale un aire al viejo supermán. Lo segundo viene a ser lo de siempre: los efectos especiales y el diseño artístico parten mucho la pana. Pero qué le vamos a hacer, toda esta frialdad que rodea al cascarón helado de otro planeta hacen que me aburra solo la idea de volver a verla. No tanto como la tercera de Batman, pero casi.

Chicos, las comparaciones son odiosas, pero a día de hoy... Marvel 1, DC 0.
A la hoguera!