Toda peli es inflamable hasta que demuestre lo contrario. ¡A la hoguera! ¡Haw haw haw!
domingo, 26 de diciembre de 2010
Mr Mojo Risin': ascensión y caída de un mito
Peli: "When you are strange"
Puntuación: 5/10
Queridos míos: vuelo a la abadía para refugiarme del bombardeo de la Navidad, que me tiene ya frito y solo acaba de empezar. Abro el correo y me encuentro los 30 y pico mensajes al día de felicitación. En la tele, glorias decimonónicas (TV rusa) cantan en play-back mientras papás-noeles gordacos se ponen ciegos de vodka rodeados de señoritas dignas del ballet de José Luis Moreno. En la calle, frío polar y centros comerciales con villancicos gringos a toda hostia. Mientras maldigo la perestroika, me meto en mi celda para ver si puedo aislarme con cine, o algo que se le parezca.
En el hit-parade de los estrenos poco queda, sobre todo después de la caza de brujas de los hermanos Crasfel y Penitenciágite. Vería "Tron" pa quemarla, pero no hay nada que hacer. Las salas de San Petersburgo están más vacías si cabe que las de Moscú en lo que se refiere a cine en V.O. ¿Qué hacer? Torrentazo! Así encontré el último documental de moda, el "When you are strange" de DiCillo sobre la figura mítica de Jim Morrison y sus Doors.
Raro, raro
El documental recorre la vida del grupo "The Doors" desde su formación hasta la muerte de su líder carismático, Jim Morrison. También se insertan algunos fragmentos supuestamente inéditos de un video que le sacaron a Morrison en un viaje que hizo por el desierto. El resto es material de conciertos, grabaciones diversas, fotos y material de la época que está montado en tono de documental clásico, con la intención de transportarnos a aquella época por el camino más corto. En realidad, el documental no se diferencia mucho de cualquier otro programa que hayamos visto docenas de veces en canal historia o en el canal Hollywood. Lo único es que hay más material y el análisis es bastante exhaustivo. Eso es todo. Bueno, sí, el narrador en off es Johnny Depp, pero esto no deja de ser más que una anécdota.
Con este artículo simplemente pretendo ahorraros el precio de una entrada.
Hace poco dije que últimamente todo lo que nos llega en documentales está de puta madre y mira por dónde tuvo que venir el "When you are strange" para romper la regla. No es que esté mal, es que no está de puta madre. Y el listón está ya muy alto para que nos traigan un documental tan convencional. No veo dónde está la gracia y la alharaca en todo esto. Todo lo que se dice en el film lo sabe el fan más principiante de los Doors. No hay nada especialmente nuevo, excepto un semi-fallido intento de relacionar la muerte de los Doors con la muerte del sueño de los 60, relacionando la caída de Morrison con hechos como --el asesinato de Sharon Tate (!).
Hasta las imágenes inéditas parecen tristemente desaprovechadas. En lugar de contarnos las razones y el resultado de aquel viaje, nos insertan las imágenes en plan paréntesis poético-marco simbólico del documental en el que Morrison oye hablar de su propia muerte. Buen efecto, pero... ¿y qué?
El documental empieza mal hasta en el nombre, que resulta una pedantería, porque no dice nada de Morrison que explique qué tiene de "strange". Más bien debería llamarse "The Doors for beginners". ¿Dónde están las entrevistas inéditas? Eché en falta algo más de profundidad sobre el personaje. El resultado final resulta demasiado limpio, profesional, objetivo. Buen trabajo, pero yo esperaba más chicha. Es este un documental digno de un canal por cable más que de un festival de cine.
Por eso se va a la hoguera.
Cuidado, que esto no tiene nada que ver con Morrison y Los Doors, que son, fueron y serán siempre unos cracks. El resto, con Johnny Depp incluido... FLUSHG!
Saludos churruscados y feliz... aniversario del nacimiento de Henry Miller (por ejemplo).
jueves, 16 de diciembre de 2010
Arte en crudo
Pelis: "Biutiful" y "Balada Triste de Trompeta"
domingo, 12 de diciembre de 2010
Sexo, mentiras y autos de fe
Puntuaciones: 5/10 y 6/10
Hermanos, se presenta quien esto escribe, el monje Nasoli Crasfel, desde las plácidas salas de la Abadía del Crimen. De vez en cuando os daré cuenta de mis visiones místico-cinematográficas, que publicaré en la página del Santo Oficio gracias a mi fiel Spectrum 48K (sin casete) y una conexión vía CompuServe que es mano de santo. Aquí en la Abadía del Crimen el cine es una cuestión de necesidad. Mis labores de amanuense, haciendo copia tras copia del Malleus Maleficarum para los miembros del Sacro Tribunal, sólo me dejan un rato al día para ver alguna película en el refectorio. Como comprenderéis, en estas circunstancias uno se indigna si las cintas no cumplen las expectativas. Si son pecaminosas, heterodoxas, heréticas incluso, bueno, son gajes del oficio (del Santo Oficio, se entiende). Pero si son malas... ¡cilicio al canto!
Una imagen reciente del autor.
Por eso, hermanos, aunque las puntuaciones parezcan decir lo contrario, no tengo más remedio que achicharrar las dos películas de hoy junto a sus directores, productores, actores y demás staff. A ambas les pasa algo parecido: sus directores, gente veterana y consagrada, se meten en territorios parcialmente novedosos para ellos, pero poco a poco vamos dándonos cuenta de que pasan casi con el piloto automático por unas historias más cercanas a su mundo de lo que parece. Pero vayamos por partes. Stephen Frears, director de “Tamara Drewe”, lleva dando tumbos y profundos altibajos desde que se presentara en sociedad allá por 1985 con "Mi hermosa lavandería". El renombre le llegó con "Las amistades peligrosas", pero igual que nos ha dado "Los timadores", “Alta fidelidad” o “La reina”, también ha dirigido medianías como “Hi-Lo Country” o “Mary Reilly”. En “Tamara Drewe”, Frears adapta una serie de tiras cómicas de la dibujante Posy Simmonds centrada en una joven periodista que vuelve a su pueblo natal en la campiña inglesa después de unos años en la ciudad.
Tamara Drewe es un canto a la cirugía plástica.
Podría parecer que Frears se presta a hacer una película ligera, una comedia muy british y sin grandes profundidades, pero en realidad la historia pisa terrenos típicos del director: el papel del sexo en las relaciones interpersonales, la hipocresía, ese clasismo tan típicamente inglés o la ambición, por ejemplo. Tamara, interpretada con gracia mediana por Gemma Arterton, despierta en sus antiguos vecinos deseos, envidias y sentimientos de toda índole. Los habitantes de un retiro para escritores cercano a su casa, actores muy competentes todos ellos, cotillean, la espían, recuerdan viejos amoríos o cuentas pendientes con la hija pródiga, y la cosa se va complicando con la incorporación (algo forzada) de una estrella del rock y los tejemanejes de dos quinceañeras aburridísimas del pueblo que acaban liándola parda. La película tiene su gracia, pero sobre todo en la parte media del desarrollo, porque por un lado los personajes son muy poco punzantes y uno tarda bastante en cogerles el punto, y en el último tramo las resoluciones de la trama se suceden de una forma bastante arbitraria y apresurada, con cambios de tono un tanto deslucidos. No es que aburra, pero “Tamara Drewe” no es ni de lejos de las mejores películas de Frears.
Así, Atom, muy bien. Ahora pon más cara de armenio.
Otro tanto le sucede a “Chloe”, peculiar paso en la carrera del super-auteur canadiense Atom Egoyan. Director experto en densidades y sentimientos contenidos, en películas solemnes y sobrecogedoras ("El dulce porvenir") o tirando a soporíferas ("Ararat"), últimamente Egoyan parece estar virando hacia el drama sexual con toques de intriga o thriller. Es el caso de “Chloe”, revisión de una película francesa bastante reciente, “Nathalie X”, que no era una obra maestra precisamente. Aunque puede que eso fuera un punto a favor de Egoyan: de novelas o películas mediocres se pueden hacer buenas versiones; con obras mayores la cosa sólo puede salir peor. ¿Y de qué va la historia? Pues de una ginecóloga (Julianne Moore) que sospecha que su marido (Liam Neeson) le es infiel, y contrata a una pilingui de lujo (Amanda Seyfried) para que intente seducirlo y comprobar si el hombre es efectivamente ligero de cascos. Una historia que podría haber salido de la mente del propio Egoyan, dado como es a las bizarradas de tipo freudiano, porque luego la esposa acaba sintiendo cosas muy extrañas (pecado mortal) y lo que se planteaba como un juego de confianzas se enrarece a marchas forzadas. Aplauso para la Moore, que en esta película se presta a jueguecitos que pocas actrices consagradas están dispuestas a jugar.
Venga, tonta, si ya lo enseñaste todo en Vidas cruzadas.
La pena es que la película funciona muchísimo mejor como exploración psicosexual que como la especie de recreación de “Atracción fatal” que acaba siendo. Todo se acaba de repente sin que haya habido un verdadero clímax, quedan demasiadas cosas en el aire y encima la resolución es de un conservadurismo casi absurdo. Pero lo peor no es eso, sino una música que en sí no es mala pero que no da tregua en la hora y media de metraje. Parece que Egoyan quiera conectar con el hecho de que Neeson interprete a un musicólogo experto en ópera, pero de verdad, la banda sonora subraya todos y cada uno de los momentos de la cinta, lo que cansa y mucho. Eso sí, dan unas ganas locas de visitar Toronto, que en “Chloe” parece una mini-Nueva York llena de interesantes edificios de arquitectura moderna. Bueno, esto es todo desde la Abadía del Crimen. Espero poder comentaros pronto alguna película que merezca la salvación. O no, que quemar herejes da gustico. Sin más, y deseándoos a todos un feliz y churruscadito invierno, se despide vuestro humilde amanuense, el hermano Nasoli Crasfel.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Estreno de "Gordos" en Moscú
Peli: "Gordos"
Puntuación: 6/10
Sorpresas que te da la vida. De repente un distribuidor se acuerda de una peli, y ¡paf!, te la estrenan un año después sin comerlo ni beberlo en el sitio más insospechado. Así ha pasado con "Gordos", de la que ya empezábais a olvidaros en España, ¿a que sí?. Mira por dónde hoy la estrenaban en Moscú y allí estaba la Inquisición en pleno con capas y polainas para no perderse el show. Sin alfombra roja, pero en una sala bastante concurrida.
Los rusos son más de culo que de teta, como muestra el cartel
"Gordos", segundo largo de Daniel Sánchez Arévalo", el dire de "AzulOscuroCasiNegro", es un drama cómico, o de una comedia dramática, como se quiera. Una serie de protagonistas, unidos por un problemilla común de peso y/o redondeces, se reúnen en el gabinete de un terapeuta que utiliza métodos bastante radicales. En el fondo la peli analiza sobre todo las relaciones de pareja, el amor y la familia a través de varias historias que se entrecruzan y que tienen como telón de fondo el tema principal de la pérdida y la recuperación del amor... entre gordacos, mayormente.
Hablando ya a tiro pasado, la peli no pasó desapercibida en la última edición de los Goya en la que -recordemos- arrasó "Celda 211". Obtuvo 7 nominaciones y se llevó el premio al mejor actor de reparto gracias al talentazo de Raúl Arévalo. Recordemos que el año pasado las pelis españolas que lo petaron fueron más o menos por orden "Ágora", "Celda 211", "Planeta 51", "Spanish Movie", "Fuga de Cerebros", "Rec 2", "Los abrazos rotos" y "Mentiras y Gordas". "Gordos" no tuvo mala acogida, pero tampoco buena. Como suele pasar, la recaudación no pudo superar a la inversión realizada.
Me parece que una peli sobre la gordura en el mundo en que vivimos era totalmente necesaria, y el análisis es honesto, variado y bastante divertido. Los personajes respiran desde el primer minuto y uno se descubre queriendo saber más sobre cada uno.
Lo malo -que lo hay- es que cuando están todas las fichas sobre la mesa a veces uno se aburre un poquitín con las historias que tienen menos pegada. Y es que la peli es un poco larga, y se hace un poco larga, que es lo malo. Estas historias que no acaban de cuajar tienen problemillas de verosimilitud, entre otras cosas. Quizá porque son un verdadero desfase que hacen que el tono de la película se balancee peligrosamente, como el de un gordo haciendo footing.
En lo bueno, algunos actores que se salen. En especial me gustaría mencionar al laureado Raúl Arévalo. El tipo lo borda, efectivamente. Es un gustazo verle en cada minuto del periplo de su lamentable personaje. Leticia Herrero, un descubrimiento, le da la réplica con gracia. Otro que es un placer en pantalla es Antonio de la Torre, también nominado a los Goya (que por cierto veremos muy pronto en "Carne de Neón"), cautivador, mono y divertidísimo en su papel de gayer orondo y mala persona.
Pesos pesados
La reacción del público ruso en general, por lo que me pareció en la sala y por lo que hablé después con los amigos de la Inquisición, fue buena. Pero he de decir que cada vez que salía la mujer de Jesús (jol, no me acuerdo del nombre del personaje), la histérica que "adopta" al personaje de A. de la Torre, la gente se partía el ojete. Y no lo digo como algo positivo. Esa historia quedó al final como la más descolgada y pasada de rosca. Y he de estar de acuerdo.
Sin embargo, el desenlace con el personaje de Arévalo... guau. Chapeau. No me extraña que lo dejaran para el final.
En fin, claroscuros para una peli cuyas virtudes superan con creces a sus defectos. Un divertimento de calidad que nos hizo pasar un buen rato y reflexionar un poquito sobre el amor y la vida, que no es poco. Y verla en Rusia ha molado. Recomendable.
Absolutio!
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Por amor al arte: el documental de Banksy
Peli: "Exit Through the Gift Shop"
Puntuación: 10/10
Ante todo: una reflexión.
¿Por qué los documentales que se ven últimamente son todos tan buenos?
Un millón de moscas no pueden estar equivocadas. Entra uno en cualquier página web de cine y el documental más moña rebosa de críticas buenas, con nota media de los usuarios compitiendo con la de la mejor película en cartel. Ejemplo: "The social Network" vs. "Exit Trough the Gift Shop". Mirad ambas en Imdb o Filmaffinity.
¿Por qué?
Hay varias teorías.
- Se hacen muchas películas de ficción pero no tantos documentales. Entre tanta película siempre tiene que haber algún cagarro.
- Los documentales no tienen tanto mercado. Los que acabamos viendo son la flor y nata del documental.
- Todo vehículo artístico funciona según la medida de honestidad y de corazón que se pone en ella. El documental es un género que está concebido para exponer una realidad -si es posible- precisamente así.
El caso es que hoy me he zampado dos pelis, a lo festival de cine. La primera, "La última estación", un drama sobre los últimos días de la vida de Tolstoi, me ha parecido un coñazo supino del que aburriría hablar y del que solo salvo las interpretaciones de Chris Plummer y la Mirren. Por lo demás, dos horas perdidas. Mejor leer a Tolstoi directamente. Luego llegó el momento mágico. Al fin pude ver "Exit Through the Gift Shop", el documental de Banksy. Y se abrió el telón.
Este es el cartel ruso de la peli
"Exit Through the Gift Shop" nos cuenta el advenimiento de un artista callejero. El protagonista, Thierry Guetta, un carismático y candoroso francés apasionado hasta el extremo en todo lo que hace, residente en Los Ángeles, nos va contando primero cómo fue su proyecto de ir filmando todo lo que veía, para después filmar a artistas callejeros y terminar decidiendo que iba a trasformar todo su metraje en una película. Pero la película que vemos no es ésta. El desenlace es mucho más retorcido e insospechado, una sorprendente reflexión sobre el talento, el arte y el trabajo del artista en nuestra era.
"Exit" es un producto inclasificable. Para empezar, uno no sabe ni quién es el director o si los actores son actores o los personajes reales. Puede que sea un documental falso o semi-ficcionalizado, pero no lo creo. En realidad esto es lo de menos. Lo que importa es que cuenta una historia vibrante y lúcida que saca una foto por dentro de algo y te la muestra como si fuera una radiografía. Y lo chocante es que en la foto también aparece uno mismo. A mi me produjo la misma impresión que si me hubieran llevado por primera vez al circo con 5 años. Miedo, lujuria, risa (mucha) y sobre todo confusión y anhelo.
Porque las grandes preguntas sobre el arte se plantean de forma tan casual como sencilla. Y de forma muy divertida. Y -coño- se responden solas. Thierry Guetta (o Mr. Brainwash), al fin y al cabo, es Banksy. O viceversa. Todos lo somos.
Y a la vez no. La ironía es que cada artista es lo que es por tener un sello, una impronta. Hay "algo" difícil de clasificar pero que es genuino en su obra. En el caso de Banksy. Lo que hace Banksy es irrepetible. Por eso puedo afirmar sin mucho miedo a equivocarme que "Exit" es de Banksy. Si hay algo claro, es eso.
¿Y Thierry? ¿Era un pardillo? ¿O simplemente un currante muy apasionado que se encontró en el momento adecuado con la gente adecuada? ¿O un puto genio? La de artistas que salieron de los ámbitos más insospechados...
Eso nunca lo sabremos. Pero tras ver "Exit" uno siente que roza la verdad con los dedos.
"Maybe Thierry was a genius all along. Maybe a bit lucky. Maybe it means art is a bit of a junk".
No sé qué tienen los documentales últimamente. Pero esto no es un documental normal. Es un documental con firma. El equivalente a un bocata de chorizo de jabugo con pan recién hecho en lo que se refiere a comida para tu mente, digamos un subidón de calorías... a conciencia.
¡Vendido!
Digo... Absolutio!