miércoles, 16 de febrero de 2011

Con un par


Peli:
"True Grit"
Puntuación: 8/10



Esto de los oscars es demasié. ¿Por qué tenemos que esperar a febrero para que llegue toda la crema de Hollywood mientras el resto del año nos bombardean a pestiñacos? Es verdad que este sábado daba gusto ver la sala petada de gente en el Pioner. Fray Richard y yo llegamos media hora antes y solo quedaban dos asientos juntos, ¡dos! Los empresarios del cine estarían respirando aliviados. Lo comparo a cuando fui a ver otra con Jeff Bridges, “Tron Legacy”, que éramos tres gatos, literalmente. Está claro que la industria funciona en febrero gracias a los premios de la academia. ¡Más madera!

Sea como sea, llegan los Coen con su nuevo western y todos vamos en tropilla para recibir nuestra ración de carne. Es lo que hay. La peli llega avalada con criticazas. Y aunque no fuera así, solo el cartel da ganas de tirarse a la taquilla dando codazos.


¿Que no?

Como todos sabréis ya, la peli es un remake de una de los 60 por la que John Wayne ganó el óscar. Todos recordamos su sheriff con parche. Esta vez el papel lo interpreta el gurú de los Coen, Jeff Bridges. Como veis en el cartel también sale Josh Brolin, otro fetiche de los Coen. Se suma al trío Matt Damon, en una jugada magistral tanto a nivel profesional como interpretativo que revaloriza su carrera. No hablaré mucho del argumento que ya sabe hasta el que está barriendo la plaza en Egipto, baste que la niña, Mattie Ross, contrata al sheriff Cogburn para que busque a Tom Chaney, el asesino de su padre. A la caza se une un ranger de Texas, LaBoeuf (Damon), que se alía con Cogburn. El singular trío emprende una aventura en territorio salvaje en busca del fugitivo. La historia está basada en la novela del mismo nombre de Charles Portis. En realidad, según los Coen la peli no es tanto un remake como una nueva versión del libro.

Lo más destacable es... todo. Empezando por un desarrollo de unos caracteres sencillos y a la vez llenos de matices que desemboca en una intrincada red de relaciones entre personajes. Mola por ejemplo la poco políticamente correcta y muy sutil tensión erótica entre el personaje de Matt Damon y el de la niña, que contrasta con el rollete más paternal que tiene con el sheriff Cogburn. No se quedan cortos los personajes de los villanos, que tardan en salir pero son simplemente geniales. Josh Brolin borda sus pocos minutos de tonto de pueblo, el perdedor de la banda, asesino despreciable y sin remedio liderado por un simplemente genial Barry Pepper, al que me costó reconocer como el francotirador beato de "Saving Private Ryan".

La búsqueda de Chaney pronto adquiere un significado trascendental. A la mitad de la película, el hombre misterioso consigue en su ausencia tanta presencia como la ballena blanca de la gran novela americana. Cada personaje, en su pulso con el destino, encuentra un sentido particular a su rito de paso. LaBoeuf halla una cura de humildad y algo que aprender de un viejo borrachuzo y una niña que sabe más que el mismo diablo y Cogburn acaba enfrentándose a la prueba más dura de su vida al descubrir que su coraje por fin puede servir para algo, como salvar una vida. El caso de la protagonista es quizá el más claro en cuanto a rito de paso se refiere, con paso prematuro a la edad adulta en un rudo e intenso enfrentamiento a la vida, del que sale triunfante pero pagando un precio muy alto.



Quizás lo que mejor puede resumir la experiencia de "True Grit" es esa sensación de estar frente al "gran cine". "True Grit" es un clásico de la nueva escuela que planta sus cimientos en la narración gustosa de los directores, con sus planos serios, concentrados. Por detrás, las interpretaciones, las escenas de violencia, todas magníficas, destilando verdad. ¡Cuando esos revólveres truenan! El sonido de un disparo en esta película es un regalo para el oído, un detalle más del deleite técnico y de la mano elegante de los Coen. La comedia funciona también bastante bien, atentos a la escena de la prueba de tiro, de lo mejorcito.
Es esta una peli para ver en casa con la familia, en invierno. Una peli para alquilar, de las que las gustan a mi padre. Esas pelis sencillas, cuyas sutilidades quedan claras para el universal de los mortales. Y eso creo que es tan difícil de conseguir.

Lo menos bueno es que la historia, la verdad, no llega a emocionar. Salvando los aspectos narrativos, la calidad de las interpretaciones y la pulcritud técnica (que ya es mucho, muchísimo), poco queda. Será que a lo mejor a mí el western nunca me ha calado muy hondo, también puede ser. Claro que he de decir que vi la peli en versión original con subtítulos en ruso, que no ayudan, y no entendí ni jota de lo que decía Jeff Bridges en toda la peli. El tipo masculla más que habla un inglés que intenta reproducir el de la época, además lleno de jerga realista a la hermanos Coen.

"True Grit", en inglés, es un modismo. Literalmente grit significa gravilla, o arenilla. Tener grit o "arenilla" en gringo significa tener agallas. De ahí lo del "Valor de ley", que no es mal título. Tantas y tantas películas que se hacen con una intención y no llegan, sin embargo, esta sí que lo consigue. La peli salva la hoguera con un salto kilométrico y se pone así porque sí entre lo mejor de este año. Yes sir. Con un par.

Absolutio!

3 comentarios:

Perradesatan dijo...

Vengo de otro blog de decir lo mismo:el western es, sin duda, el género que menos me gusta en el cine, pero la verdad es que esta película me llama bastante la atención... esperaré a ver qué tal le va en los Oscars, y luego decidiré si le doy una oportunidad o no!

Ricardo Fernández Blanco dijo...

Para mí resulta sin proponérmelo todo lo contrario: el wester es el cine de La carreta a Silverado, de Solo ante el peligro a Sin perdón. Voy a ir seguro :-) ¡Anímate Bea!
Oyes, Jose, lo de jolibú del Paco es demasiao eh? qué gusto!!

chumari dijo...

Yo también reconozco que el western no es lo mío y sin embargo he visto pelis de este género que gritaban CINE con letras mayúsculas. Hablo sobre todo del viejo Clint.
No puedo imaginar por ejemplo una historia del cine sin "La muerte tenía un precio", "El bueno el feo y el malo" y las bandas sonoras de Morricone.

Y cuando Cogburn dispara... mamma mía.

Ricardo, de verdad. Qué bueno lo de Paco.