sábado, 25 de julio de 2009

Todos al cine a ver "Paisito"

El guión del premiado Ricardo Fernández Blanco, poeta, actor, escritor, rockero, ciclista, uruguayo, gallego y sobre todo amigo ve la luz tal día como hoy (al día siguiente escribo, tras ver la peli en pantalla grande), al fin, tras años de trabajo, espera e ilusión.
El guión, redondísimo y maravilloso, tierno y grande, me lo leí apabullado alguna tarde de hace algunos años. Y ya entonces vi en mi cabeza la película que se estrenó hoy: una deliciosa historia de amor que transcurre en un mundo complicado y feo, el que nos ha tocado vivir.

Los botijas

Porque es bueno recordar.
Sobre todo cuando uno no sabe lo que es un tupamaro, una estrofa del Martín Fierro o un país llamado Uruguay, que como el nuestro, lleva la cruz del fútbol como bandera y religión. Un país en el que también hubo muertos y desaparecidos, golpe militar, huidas en la oscuridad, tiros, detenciones y personas que estuvieron allí para verlo. Y todo con ese dios fútbol por encima, como una sinfonía que supo unir al pueblo... excepto en los derbis del Peñarol y el Nacional.

No puede haber crítica a una película tan cercana y tan entrañable. Haré mención, eso sí, a ese actor que hace de maestro de escuela y tupamaro cincuentón, que lo borda con su cuidadísima dicción, sus medidos gestos y esa mirada acerada pero amable que le da la réplica a un mítico Gutiérrez Caba. Un momento... pero si es... el mismísimo Ricardo!


Crack!

Esta mañana un amigo, con el que fui a ver "Paisito", miraba internet mientras se tomaba el café. Me dijo: "estoy leyendo sobre los tupamaros. ¿Sabes que el presidente del senado y de la cámara baja son ex-tupamaros?".
Bravo, Ricardo. Y enhorabuena.

2 comentarios:

Ricardo Fernández Blanco dijo...

Gracias, Jose, por ser mi amigo. La escribí para gente como vos. (...) ¿Nos vemos pronto, no?

chumari dijo...

Gracias a vos. Sobre los paréntesis... ya. Supongo que volver a ver la peli trae recuerdos de todos los colores y sabores. Algunos, como Lars Von Trier, escriben para sí mismos. Otros, para el publico. Y luego estás tú...

Nos vemos pronto, claro.