sábado, 30 de abril de 2011

Leña noruega


Peli:
"Norwegian Wood"
Puntuación: 5/10



¿Cómo es posible que una de las canciones más bellas que se han escrito tenga un título tan cutre? El caso es que en inglés, “Norwegian Wood” suena bien. Se trata de uno de estos casos en los que la traducción no hace justicia. Recuerdo que en uno de mis viejos discos de los Beatles la canción se titulaba “El pájaro voló”, o sea, "This Bird has Flown", otro verso de la canción quizá más agradecido a la hora de la traducción.

"Norwegian Wood" es una canción que habla de un encuentro entre dos personas. La chica invita al narrador a su casa, beben, charlan, pero no hay nada de sexo. La canción termina con el protagonista, solo en casa de la chica, al día siguiente, encendiendo la chimenea y disfrutando del calor y del aroma de la leña... de Noruega. Desde luego, para ser una de las mejores canciones de amor de la historia, la letra es bastante enigmática. Podría interpretarse –creo- como un retrato del dulce momento de expectación previo al amor. Es verdad, es posible que no haya nada más bello que eso. Un canto irónico en este caso, el del título del drama romántico que nos ocupa, que en muchos aspectos se centra en la imposibilidad de consumar el amor con el ser querido (si bien los Beatles dijeron después que lo que hace el tipo en realidad es quemarle la casa a la chica, claro que esto nunca lo sabremos, ya que el cuarteto de Liverpool era experto en cachondearse de la prensa).



El mundo de Murakami es fascinante, desde luego. Para la Inquisición, "Norwei no Mori" quizá sea la novela más especial, tal vez porque fue la primera que leyó. Dos veces. Uno siempre tiene a resistirse a la adaptación de un libro que venera, quizá por el miedo de que le arruinen la imagen. Esto, afortunadamente, no ocurre en la adaptación para la gran pantalla. La película del vietnamita Tran Anh Hung tiene sus logros. Por lo menos en mi caso, tuve sensación de dejà vu casi todo el tiempo. La recreación es perfecta, con especial mención al cásting. Todos los personajes están clavados. No se me ocurre una Naoko mejor que Rinko Kikuchi, con sus morritos y sus ojos grandes (aunque ya está un poco viejuna para el papel lo disimula muy bien), y el Toru Watanabe de Kenichi Matsuyama es simplemente perfecto. Además tiene cierto aire al propio autor, una especie de avatar veinteañero de sí mismo.


Helos

En realidad la peli no está mal, no. Se me ocurren detalles mejorables de los que no hablaré, porque me parece que el problema de fondo es la adaptación en sí de un estilo inclasificable, intimista, en el que el narrador en primera persona sirve como tamiz de personajes fascinantes –sobre todo femeninos- que van y vienen con el objeto único de seducirnos profundamente. De base, la peli trata de un chico que se enamora de una vieja amiga que está más loca que una cabra. Poco más. Que Murakami lo convierta en poesía es otra cosa.

Yo, como espectador parcialísimo que tenía la novela siempre en mente, quizá saqué más jugo del que había. Creo que la persona que no haya leído el libro se aburriría (yo casi también me aburrí). No solo eso, creo que las actitudes de algunos personajes le parecerían irritantes o incluso absurdas. ¿Cómo explicarlo? Hay cuentos que no funcionan tan bien en un lenguaje como en otro, y la adaptación de Murakami es chunguísima. Creo, por ejemplo, que la resolución de la historia en la película resulta cursi, lenta y saturada de música de violines, cuando en el libro es un trip de la ostia. La verdad, no lo puedo explicar.

Lo que sí está claro es una cosa: leños de noruega + Inquisición = Hoguera.
FLUSHG!

En serio, la peli no está mal, pero tampoco está bien. Se queda en el límite. Y para eso, señores y señoritas, léanse la novela. Se lo dice un amigo.
Saludos churruscados!

3 comentarios:

Jorge Martínez Guillem dijo...

¿Pues no vas y la quemas? ;P A mí me gustó bastante. De hecho yo le daría al menos un 7. Murakami siempre se opuso a llevar el libro a la pantalla y sus razones tenía, sobre todo por la dificultad que entrañaba. De todas formas creo que Anh Hung ha hecho un más que digno trabajo. Yo también pensé que la Rinko estaba un poco viejuna para interpretar el papel de Naoko (tiene 30 tacos y está interpretando a una chica de 20) pero apenas se nota. Sólo si la comparamos con la actriz que hace de Midori, que además de que está más buenorra tiene 20 años en la realidad. Kenichi Matsuyama lo borda y eso que nunca me ha parecido tan buen actor (imposible quitarme de la cabeza su histriónico papel en "Detroit Metal City" http://www.youtube.com/watch?v=lw-PHxQrASU). La locura de Naoko me sacaba de quicio por momentos pues resulta bastante menos creíble que en papel. Al margen de esto, chapó.
Anda sé bueno y sácala de la hoguera.

chumari dijo...

Um, ¿Midori más buenorra que Naoko? Puede que más resultona, pero -tío- está "planeta". Yo casi me quedo con la Rinko Kikuchi.

Hombre, no sé. Si te digo que no está muy mal, pero ¿no te pareció la peli un poco fría? Yo no me emocioné en ningún momento, y eso es lo menos que le pediría a un drama romántico, al menos un par de momentos que te lleguen. Sin embargo leyendo el libro se me saltó el lagrimón.
Por eso no la salvo, torpedo.

Ay, qué tiempos aquellos por Japón... TOASWE!

Jorge Martínez Guillem dijo...

Bueno supongo que mas buena de cara ;)Te doy la razón en que el libro emociona mucho más. Recuerdo cuando lo leía a ratos en una cafetería (creo recordar que cerca de Honmachi) allá por septiembre de 2005 cuando "volví a volver" a Japón. Los lagrimones saltaron en más de una ocasión. La peli emociona menos, pero en parte también porque ya te lo sabes.
Me despido con el grito de guerra: TOASWEEE!!!