Peli: "Detachment"
Puntuación: 4/10
Proliferan en España los estrenos con temática educativa, me refiero sobre todo a "Tenemos que hablar de Kevin" y "Profesor Lazhar". Hace unos años coincidieron un par de pelis que nos gustaron mucho, "Die Welle" y "Entre les murs", ambas del 2008, dos muy buenas películas con las aulas como contexto. En Rusia también estrenaron hace poco una cosilla que pintaba interesante: "Detachment", de Tony Kaye, el director de la aclamada "American History X". La peli, protagonizada por Adrien Brody, también nos lleva a las aulas. En este caso se trata del cuento de un profe sustituto de secundaria en una escuela cualquiera de los EEUU. De "Detachment" esperaba quizá una reflexión fresca sobre la enseñanza en la época negra de la crisis, un cuento local y a la vez universal que me iluminara a lo mejor un poquito.
Henry Barthes es el eterno sustituto. Va de centro en centro cubriendo plazas de profesores que se toman bajas por enfermedad o depresión y así se gana la vida, sin asentarse en ninguna escuela en particular. Quizás su desapego pueda exlicarse por una niñez complicada que le dejó ciertas secuelas y que le impide crear lazos permanentes con nada ni con nadie y por la situación de su abuelo, que pasa sus últimos días de vida en un hospital de la seguridad social donde le tratan más mal que bien. Todo en la vida de Henry se sostiene en un precario equilibrio amenazado por una nueva sustitución en un centro problemático y un encuentro con una prostituta adolescente a la que intentará sacar del arroyo.
Lo primero que llama la atención es el lenguaje elegido para contar el cuento: un discurso de autor ligeramente impostado, con un pie en el falso documental. La peli empieza con insertos de testimonios de lo que parecen profesores reales, que explican el por qué empezaron a dar clases. Luego, de forma un poco forzada saltamos a Henry, que también como en una entrevista nos habla de temas de todo tipo, la mayoría relacionados con el mundo de la enseñanza. Y comienza la historia, pero los insertos de Henry nos acompañarán todo el rato, así como una transiciones en dibujos animados en tonos grises y blancos, meros ribetes estéticos que añaden poco o nada y solo sirven para enfatizar el tono nihilista del cuento.
La peli tiene un claro objetivo: la denuncia de un problema gravísimo en las escuelas de todo el país (norteamericano, paradigma del mundo occidental) de desatención de los padres, de falta de compromiso de los profesores, de acoso entre los alumnos. La situación en las escuelas es un reflejo de nuestra sociedad, que aliena a sus individuos y en muchos casos les lleva a la autodestrucción. Sin embargo, desde la administración educativa se pone el énfasis en el acoso sexual profesor-alumno y en lo importante que es que todos los alumnos aprueben, lo que a veces supone un empeoramiento de la calidad de las clases. El personaje de Adrien Brody es testigo distanciado de una situación cada vez más extrema. Quizás gracias a su desapego consigue mantener la cordura dentro del caos y ser un buen profesor, de los que marcan la diferencia.
Desgraciadamente el mensaje se diluye en pajas mentales. El director decide que el cuento de redención y trauma personal del protagonista pase a un primer plano, con lo que la foto general sale desenfocada y pierde relevancia. No se profundiza en el potencial de la historia y todo queda en agua de borrajas. Sirva de ejemplo el desperdicio que se hace en el guión de la relación de Henry con sus alumnos, dejada totalmente de lado. Los propios colegas, la mayoría actorazos consagrados, apenas tienen peso en la historia y solo desfilan como decorado, algunos, como Cranston, para meros cameos. Un lujosísimo decorado. ¿Y para qué ese comienzo con los testimonios? Más que homenaje al profesorado parece síntoma de estupefacción de un director que no sabe qué contar o que quiere guardarse las espaldas de puertas al gremio.
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Estrellas desperdiciadas: a Bryan Cranston solo le vemos como 30 segundos y la Hendricks ni siquiera tiene una escena potable de sexo |
También debería decir que la peli está rodada en digital con una de esas cámaras baratas que hacen que una película parezca un video casero. Esto me molestó. Pero no tanto como el cliché y los palos de ciego argumentales que llevan a un final pretencioso y vagamente justificable. No cuela, no se lo permito. Aunque sea por hacer una denuncia al sistema. Es muy fácil denunciar a través de lo fácil y lo anecdótico, pero baja a la arena, amigo. Si lo hubiera hecho con más honestidad, habría visto que nunca se puede hablar en blancos y negros, especialmente en el aula, donde por el esfuerzo siempre se recibe recompensa, siempre y por pequeña que sea, aunque lluevan palos a diario. Como en la vida misma.
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¿Alguien vota por la hoguera? Otia... |
Creo que una de las escenas más vívidas, de lo más realista que he visto nunca, pertenece a "Entre les murs". Un profe pierde el control y empieza a cargar contra sus alumnos adolescentes en la sala de profes, delante de los compañeros. Todos le miran, avergonzados, no saben cómo contestarle. Les da vergüenza ajena pero a la vez son conscientes de que de algún modo todos se han sentido alguna vez así. Es la línea que no se debe cruzar. Los compañeros le consuelan, le animan, nunca le reprenden, solo con la mirada. Todos hemos estado al borde más de una vez. Nadie es perfecto. El profe la caga y sin embargo nadie le pierde el respeto, todos entienden que haya perdido los nervios.
En "Detachment", por otro lado, Adrien Brody hace una caída de ojos, arquea las cejas y encandila a todos los alumnos. Se acabó el problema. ¿Are you fucking serious? Esto sí que es una falta de respeto... a la inteligencia.
Por eso, "Detachment" se va a la hoguera, por delito de afectación, estereotipo, exposición poco legítima... y uso horrendo de la imagen. A la hoguera! FLUSGH!