¿Seré yo o nos estamos volviendo locos? O a lo mejor siempre ha estado pasando. Ya en los años setenta Mafalda comparaba los conflictos palestino-israelíes con "Tom y Jerry".
Me refiero, amigos míos, a lo mal que va el mundo. A veces la Inquisición hasta se siente un poquito mal dando la espalda a la realidad y buscando refugio en la ficción, siempre en la ficción. Porque de esto se trata muchas veces, ¿no? De escapismo. Nos fugamos de nuestra trillada realidad a través de la pantallita, que nos sirve a muchos como balón de oxígeno para las neuronas, castigadas por la batalla diaria.
A mí me da más miedo el de las charreteras
Y no hablo de aburrimiento, no. Ojalá. ¿Quién necesita ir al cine cuando basta poner la radio para escuchar una versión de "Campo de Batalla: La Tierra" o "La guerra de los mundos"? Es que el día a día lleva consigo historias que ponen los pelos como escarpias. Hace meses que veo o escucho las noticias aquí en Moscú y me parece que el mundo es un circo que se cachondea de nuestras pequeñas escapadas desafiándonos a encontrar algo peor. Guerra en Libia, Gadafi el loco, intervencionismo. Horror en bruto, decadencia, intereses políticos y económicos que le hacen sombra a cualquier película de Greengrass. Terremoto y Tsunami en Japón, ríete tú de "The day after tomorrow". ZP y Rajoy bailando claqué como Astaire y Ginger Rogers, o como los payasos de De la Iglesia.
Al fin y al cabo, dijo Aristóteles en su poética que el objetivo de la ficción es retratar la realidad y ser lo más fiel posible. Pero ¿qué pasa cuando la realidad supera a la ficción? Nuestras invasiones extraterrestres no son nada comparadas con el circo que vivimos día a día.
De este panorama, uno de los más negros que se han visto nunca, quizá lo peor sea que las cosas no tienen mucho arreglo y no tenemos muchas razones para ser optimistas. Que la clase dirigente no se dirija a sí misma y sea una marioneta de los verdaderos líderes del mundo, los que van a ocuparse de que las cosas sigan así de jodidas, quizá es lo peor. Para eso sirve ver documentales como "Inside Job", una raya en el agua.
Gadafi es un pardillo comparado con estos tres, los verdaderos villanos de la película
¿Por qué ocurre siempre lo mismo, especialmente en EEUU? Los medios y las artes reflejan la realidad y la denuncian, pero nadie hace nada. Parece que las frustraciones del pueblo se ventilan a través del cine y la televisión. La fuerza se va por la boca. Unos cuantos pirados protestan, pero son tachados de rojos o intelectuales. O de actores. Mirad por ejemplo el fenómeno "South Park" (rememoro en especial un capítulo llamado "Cancelled", visionado obligatorio). ¿Unas risas o el verdadero dedo que se pone en la consabida llaga? Será quizá por el control de los medios de comunicación, que la gente al final no se pone de acuerdo, unos cuantos frikis se quejan, pero aquí no ha pasado nada. Obama vuelve a poner de consejero económico al hijoputa que provocó la crisis, ese que tiene un yate y un jet privado pagado por... nosotros.
Los españolitos tenemos el carnaval de Cádiz, pero después también nos quejamos. En la radio, en la prensa. En la tele, también a veces. En ocasiones hasta salimos a la calle. Quiero pensar que no somos tan tontos, que todavía no nos han lavado el cerebro. ¿O sí?
No os preocupéis, que Tomelloso no duerme. Y ay del día que se decida a salir a la calle. Que todavía no me han visto cabreado. ¡A las barricadas!
(Pero bueno, eso será mañana. Ahora tengo que ver los resultados del partido y mirar mi correo. Eso después de ir a comprarme unas polainas nuevas a "Zara", que está de rebajas. Y a lo mejor voy al cine. "Sucker Punch" y palomitas con caramelo... mhmm... [bostezo] A las barricadas... ya me llamáis si eso. Enga.)